La espera después del olvido

Única parte

La espera después del olvido.

Era una hermosa y alegre mañana, recién abría los ojos después de una larga noche, la calidez de la mañana se asomaba por la ventana que había dejado abierta la noche anterior, la suave brisa que indicaba el inicio de la primavera entraba sacudiendo de manera tranquila las cortinas azules dejando entrar los primeros rayos del sol hasta dar contra mi cara para un cálido despertar.

Todo indicaba que sería un gran día, así fue como soltando un largo suspiro, con ese pensamiento en mente deje mi lugar entre las sabanas, mirando ligeramente mi reflejo en el espejo frente a mí, me dedique una pequeña sonrisa, tratando de a través del espejo recuperar energías y comenzar de nuevo.

Decidida me adentre en el blanquecino baño para intentar terminar de despertar realizando mi rutina mañanera, después de todos los tropiezos que ni siquiera me permitían salir de la cama. Mi mente se encontraba divagando, temiendo lo peor, a la vez que un sentimiento de tristeza me envolvía, tratando de llevarme en brazos en esa tristeza ya conocida, como si el solo acto de estar a solas con mi mente me transportara a los peores lugares dentro de mi soledad. Sacudí de manera agresiva mi cabeza de lado a lado intentando sacudir esos pensamientos, ignore aquellos recuerdos de la aterradora y solitaria noche anterior y trate de seguir con cosas que debería hacer.

Con paso torpes termino de salir del baño, de manera apresurada trote como si escapar evadir mis pensamientos se solucionaran al salir de aquel reducido baño, a tropiezos me apresure a regresar al cuarto, acercándome repentinamente y de manera acelerada al closet, evitando mirar la cama para no volver a divagar sobre los acontecimientos anteriores, busque entre mi monto de ropa y cosas aventadas, tal parecía que el interior de mi closet representaba de manera acertada el estado actual de mi mente, donde entre todo el desorden que aparentemente, de alguna manera tenia una idea de las cosas que habitaban pero no tan segura. Entre el motón de ropa, me sumergí en ella buscando aquella prenda que era mi favorita y mi zona de confort

Después de un par de minutos que se sintieron con la pesadez de haber sido eternos, como si el tiempo se detuviera y fura cada vez más lentos, lo encontré y en el rincón se encontraba, mi vestido favorito, un largo y delgado vestido rojo con un estampado de diminutas flores blancas pintadas a mano por ser mis favoritas.

Con el vestido en manso pude finalmente completar los detalles para seguir el gran plan,, me termine de cambiar y me arregle un poco para disminuir aquel dolor dentro del pecho que, cuando lo recordaba se volvió asfixiante. Estando fuera de mi cuarto, en el camino hacia la cocina, finalmente me doy cuenta, como si fuera un balde de agua helada, me doy cuenta de lo que tanto he estado buscando y evitando pensar desde el primer momento al abrir los ojos.

A ti, te he buscado a ti desde el despertar de mis mañanas, he pensado en ti como si de respirar se tratase, incluso ahora después de olvidarte sigo a la espera.

A la espera de que aparezcas en la puerta de mi cuarto con los cálidos buenos días. A la espera de verte sentada y poder recostarme en tu regazo para tener un momento existiendo a tu lado, porque entre nosotras, las palabras sobraban. A la espera de llenar y reparar aquella herida que dejaste en tu pronta partida

A la espera de volver a tus brazos o como lo he experimentado que la relación con otros se trate de igualar entre el bello amor que tuvimos, con la magia y el cariño que nos teníamos.

Como a pesar del tiempo queha pasado y los diferentes momentos que hemos pasado sigo a la espera después detu olvido