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Parecia ser un sueño o un recuerdo de hace demasiado tiempo. Despues de aquel dia, la vida de Draco dio un giro completamente drástico.

El chico subió al tren camino a Hogwarts y se sentó solo. No habia hablado más con sus amigos, no desde su cumpleaños.

Su verano no había sido el mejor. Su iniciación como mortifago había sido como un puñetazo en su cara, diciéndole que su vida había acabado.

Dolía. Su brazo no había parado de arder y molestar como un infierno. Draco consideraba la opción de cortarse el brazo.

"Repara el armario evanescente, te llevará tiempo, pero me han dicho que tus calificaciones son perfectas, se que eres listo. Ah, y otro pequeño detalle. Mata a Dumbledore"

Que pequeño detalle, pensaba el platinado mientras miraba por la ventana.

De repente, la puerta del compartimento se abrió dejando ver a Hermione Granger.
—No hace falta que me insultes, ya me iba.— empezó a decir esta a la defensiva.

Draco no la miró, la ignoró completamente dejando cierta curiosidad en la castaña. El platinado notaba como la Gryffindor seguía ahí. Le ponía de los nervios, y no de los buenos.
—¿Quieres una invitación para irte?

Hermione rodó los ojos y finalmente se fue. Claramente a explicar el raro comportamiento del chico a sus amigos.

—¿A quien le importa Malfoy? ¿Y que si está raro? Le dolerá la barriga o algo.— se quejó Ron ignorando a la castaña.
—No es el mismo, parece como... enfermo.— decía esta.

Harry no lo pensó dos veces. Tomó la capa de invisibilidad y se fue de allí en busca del platinado.

—Ahí estás.

Draco miró como Blaise, Theo y Pansy entraban en su compartimento y se sentaban como si nada hubiera pasado.
—Pensábamos que estabas muerto. Ni una puta carta de disculpas.— dijo el moreno mirándolo fijamente.

Eran así. Necesitaban a alguien para seguir. Necesitaban un líder, por mal que les caiga. No tenían cerebro ni personalidad para quedarse solos, pensó Draco. Solo se encogió de hombros como respuesta.

—Da igual. Chicos, olvidemos todo lo que pasó y volvamos a la realidad.— propuso Pansy.— ¿Como estás?

—Bien.

Más dignidad Parkinson. Draco la miraba de vez en cuando y la chica seguía con la idea de que ellos serían pareja. Ni siquiera sabía que tanto le interesaba de él.

—¿Sabéis? Hay un nuevo estudiante de nuestro año. Dicen que viene de Francia.

Al escuchar esas palabras, Draco alzó la mirada más interesado. Blaise hasta apostaría que se había puesto nervioso.
—¿Chico o chica?— preguntó Pansy.

—Chica. Es chica.

Todos miraron al platinado. Había sido raro lo entusiasmado que estaba de repente. No obstante nadie dijo nada.

Harry, quien escuchaba la conversación de los Slytherins también notó cierto cambio en el chico. Claro que debía aprovechar. Era de Draco Malfoy de quien estábamos hablando.

—Draco, creo que deberíamos hablar.— insistió la pelinegra. Este negó mientras se levantaba.— Merezco una expkicación.

—Te he dicho que no.
—Se supone que soy tu amiga.

En ese momento, Theo le señaló la salida con la cabeza a Blaise quien con algo de molestia salió de ahí, dejando a la pareja solos.
—¿Que cojones quieres ahora?— preguntó finalmente el chico cansado de la situación. Otra y otra vez.

—Saber que tengo que hacer para que me prestes atención. Saber que he hecho mal como para que me trates así.

¿No había quedado claro? Mientras Draco bajaba su equipaje de las estanterías que habían arriba del tren, intentaba pensar alguna respuesta para dejarle de una vez claro que no iba a sentir nada por ella.

—Pansy, yo...— empezó a decir mirando la puerta del compartimento.

—¿Tú?

El chico no respondió. El destino era muy selectivo, y sabia muy bien porque pasaba lo que pasaba. No pensaba que era casualidad que en aquel momento la misma Isis se encontrara al otro lado de la puerta.

—¿Draco?— preguntó Pansy llevando una mano a su hombro delicadamente.

El platinado se quedó sin aliento, no obstante la chica lo miró de arriba a abajo, para después pasar a Pansy y rodar los ojos e irse de allí.

Su corazón. El chico empezó a sentir como su corazón empezaba a latir con fuerza de nuevo. Como si hubiera despertado.
—Tengo que hacer una cosa. Tengo que irme.

Tanto Pansy como Harry quien seguía intrigado en el platinado se sorprendieron cuando este tomó su equipaje y se fue casi corriendo, como si le fuera la vida en ello.

No sabía si había sido una ilusión. Bueno, sabía que Isis estaba ahí, ¿lo reconocería? Claro que si, lo acababa de ver. ¿O no?

Se estaba volviendo loco con todos los pensamientos que pasaban por su cabeza mientras intentaba adelantar a la gente que pasaba por allí.

No sirvió de nada, pues llegó al comedor y aún no se había encontrado con ella.
—Malfoy, siéntate con nosotros.

El chico miró al equipo de quidditch y tragó hondo. Quería salir de allí y encontrarla para poder hablar con ella de nuevo.

—¿Donde está Parkinson?— se escuchó a lo lejos, como la voz de Blaise cada vez lo distraía de su búsqueda entre todas las posibles casas.

—Malfoy.— volvió a hablar Theo ahora preocupándose por este pues parecía que no respondía.— ¿A quien buscas?

Al pensar que estaba haciendo el ridículo, volvió a la realidad viendo como el castaño lo miraba algo raro.
—A nadie. Solo pensaba.

—Claro, será eso... vamos, tenemos que sentarnos.— murmuro este sin creerle un pelo al platinado.

La distribución era sencilla. La mesa de Slytherin se encontraba a la izquierda, seguida de Hufflepuff, después Ravenclaw y para acabar, en la otra punta, Gryffindor.

—¿No os parece que los leones nos están mirando demasiado?— preguntó Daphne sintiéndose aludida.

—Si, no se cansan de molestar.— respondió Blaise mirando también hacia la mesa roja.— ¿Esa es la nueva?

Draco miró en dirección a la mesa Gryffindor. Oh cielos.

Isis, se encontraba allí, apoyando su cabeza en su mano mientras escuchaba el aburrido discurso de Dumbledore. Parecía que no le importaba nada, pasaba de todo y todos los que hablaban de ella.

—Eso parece, ¿alguien sabe como se llama?— preguntó Daphne curiosa al igual que la mayoría de sexto año.

—Se apellida Roux, la habrán explicado de Beauxbatons, por mal comportamiento o algo parecido.— explicó alguien de la mesa.

Claro que, al ser observada por tantos ojos, hace que te sientas aludida. Isis miró sin interés a los Slytherins, pasando la mirada por Draco quien ya la miraba.

Ambos chicos sonrieron disimuladamente para desviar sus ojos nuevamente.

—Ya veo, Malfoy se ha adelantado y juega con ventaja.— bromeó Theo.
—No digas tonterías, no se rebajaría a tan poco nivel.— respondió Pansy por Draco quien ignoró todos los cometarios.

Este seguía pensando en lo mucho que sentía su corazón latir cuando veía que ella lo miraba.

poison (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora