IV.

62 12 3
                                    

–y vivieron felices por siempre, en fin. Que descanses mamá –cerré el libro de cuentos que tenia en las manos y lo dejé en el tocador de mi mamá, me volví a acercar a ella y le di un beso en la frente.
–¡Amber! –me dijo adormilada, volví a sentarme a lado suyo y le comencé a acariciar el cabello.
–ya duerme linda, mañana debemos ir al doctor
–pero me siento bien, ya no he hablado con ningún extraño
–como sea, no voy a dejar que vuelvas a esconder tus pastillas, si es necesario estaré aquí hasta que te las tomes
–no, no...ya no me regañes –sonreí, le volví a dar un beso en la frente y me paré de la cama, me acerqué a la puerta y apagué la luz.
–buenas noches mamá
–buenas noches Amber

Por la mañana me aseguré de que mamá siguiese dormida, esperé a que dieran las seis de la mañana para que Lola, la enfermera que cuida a mamá mientras yo estoy en el colegio llegara.
–ya debería de estar aquí –comencé a dar vueltas por la casa, me mordía las uñas constantemente y jugaba con mi cabello.
–cinco cincuenta y no llega –tomé mi teléfono y le marqué.
Pppuuurrr, pppppuuurrr...nada
Revisé todos mis contactos, nadie podría venir a cuidar a mi madre este día. A menos que...
¿hola?
¿Jordan?
–¡¿Amber?!hubo un enorme silencio, solo escuchaba su respiración por el otro lado del celular.
–hola Jordan, te...
¿como conseguiste mi número?
hum...Jacob me lo dio. No fue tan difícil.
¿qué quieres? Habla rápido porque me tengo que ducharmaldito.
–no era de importancia...olvidalo –colgué. Dejé el celular en la mesa y...comencé a hacer mi berrinche.
–¡idiota que solí piensa en si mismo! ¡te odio! ¡vete al maldito infierno!

Salí de mi casa con apenas una manzana en el estomago, corrí hacia la parada de autobús para ver si había uno que me pudiese llevar al menos a la cuarta clase.
–veamos, este ya salió...este tarda mucho...¡mierda! –parece que los conductores, el día de hoy se pusieron de acuerdo y dijeron algo como:
"¿y si hoy llegamos mas tarde?"

–¡buenos días... Miss...yo...aaarrrggg! –si de por si no se nada de moda, con mis prisas y mi cabello todo asqueroso y mal oliente, me veía como... Soliban, de mosters icn, ahora que me doy cuenta, hasta el tiene estilo.
–¿por qué a esta hora señorita?
–mire...yo estaba despierta contándole un cuento para dormir a mi mamá, cuando de repente veo la hora y resulta que es muy tarde y la Canija enfermera que cuida a mi madre no llegaba, luego intenté llamarle a un amigo para ver si me podía ayudar a llevarme al colegio, pero ese "amigo" me colgó –Jordan me volteó a ver desconcertado, se iba a para de su lugar y comenzar a hablar estupidez y media.
–señorita yo...
–¡tu callate Jordán! ¡sientate, yo me las puedo arreglar sola! –Jordan se sentó y se volvió a hacer el menso.
–y esa es la razón por la cual llegué tarde...
–bien, adelante.

–¡Amber! ¡oye! –seguí caminando hacia la cafetería, cada vez aumentando más el paso, llevaba mis libros en mano, tenía miedo de que estos calleran y el tonto de Jordan se comenzara a burlar de mi.
Abrí las puertas, busqué un lugar en donde pudiese estar tranquila y lejos de la sociedad.
–Amber –me tomó del hombro, me dio la vuelta y me obligó a ver su asqueroso rostro.
–¿qué quieres Jordan?
–¿por qué estas enojada conmigo?
–como si realmente te preocupara que una chica estuviese contigo, sobre todo yo ¿no?
–oye a mi no me hables así
–¡te estoy hablando del mismo modo en el que tu me hablaste esta mañana!
–baja la voz, nos van a escuchar
–¡¿y eso qué?! ¡que se enteren de una vez! ¡que eres un maldito mujeriego y poco hombre! ¡un idiota que cree que todo están a sus pies! ¿es eso no Jordan? ¿o me equivoco?
–¡callate! –Jordan me soltó un golpe en la mejilla, caí al suelo con todo mi peso recargado en un solo brazo, no sentí mucho dolor, creo que fue porque me desmaye.

–hola
–¿dónde estoy?
–en tu casa, tu madre no se alarmó mucho, pensó que estabas dormida –hizo una pequeña pausa y comenzó a acariciarme el brazo.
–¡aaauuu!
–lo lamento, de verdad lo siento
–vete Jordan
–¿qué? Pero...estoy tratando de...
–vete, ¿si? Como te dije en clase, yo me las puedo arreglar sola –Jordan no me soltó el brazo, bajó la cabeza y la colocó solo a centímetros de mi vientre.
–lo lamento...creo que...
–vete, dejame sola
–Amber
–¡que te largues mierda! ¡como desearía jamas haberte conocido! ¡ojala te pudras en el infiernos Jordan!
–Amber, no sabes lo que dices
–¡largate o yo te saco! ¡mamá!
–no la metas en esto...ya me voy... –se levantó de la cama y se dirigió a la salida.
–adios...que te mejores
"Gracias" quería decirlo, sentía un gran nudo en la garganta.
–vete, ya vete

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 06, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

AmberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora