Último Acto De Amor (Sugusato) 🖤

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No pienses en nada
No digas ni siquiera una palabra
Solo dame una sonrisa

Butterfly - BTS

Satoru despertó en la comodidad de la cama de Shoko, con menos dolor que el día anterior y medianamente confundido. Intento levantarse, pero soltó un quejido, el cual llamó la atención de Shoko, quien se levantó con rapidez de la silla de su escritorio y le ayudó a incorporarse para sentarlo en la cama, apoyado a la pared con una almohada grande y bien esponjosa. Se fija poco a poco en su entorno y luego observa a la beta quien está de pie a su lado.

- ¿Cómo te sientes hoy? - le pregunta su amiga

El omega no responde de forma inmediata, tal vez pensando cual sería una buena respuesta. Inhala y exala de forma profunda y con lentitud, luego dirige su mirada a la beta.

- Adolorido, pero puedo soportarlo... - responde siendo lo mas sincero que puede.

Shoko asiente y luego lo deja un momento solo, para luego regresar con algo de comida. Onigiris con relleno dulce y un vaso de té tibio, de una cafetería popular de la cuidad por el logo del envase y el particular aroma. A Satoru se le encoje el corazón con el gesto, ella sabe cuanto le gustan los dulces. La beta lo dejó comer, respetando su privacidad y fue a buscar algunos medicamentos en una farmacia cercana, ahora que el chico estaba despierto. De paso compró comida y algunos dulces, mas vendas, curitas, antibióticos e hidratantes, pues el chico los iba a necesitar. Cuando la beta regresó, el omega no se había movido de su posición, pero ya había terminado de comer. Ella le da un pote pequeño de gelatina y el sonrie un poco. Gelatina de fresa...

El estado del omega pronto fue conocido por su tutor y fue informado con detalle de la situación. Todas las misiones que le correspondían a Gojo Satoru fueron canceladas y se le asignaron a otros hechiceros. Los rumores corren con rapidez en una escuela con tan pocos estudiantes y profesores, por lo que un gran número de personas escucharon que Gojo Satoru había sido atacado y se encontraba muy mal. Algunos como Nanami y Haibara lo visitaron para darle ánimos, otros aprovecharon su ausencia para sembrar malos rumores y unos cuantos mas, solo se beneficiaron cobrando por misiones extras.

Continúa la búsqueda de Geto Suguru y algunos sospechaban de él, pues la última vez que fue visto en Tokyo, fue antes de lo sucedido con Satoru y para peor, junto al albino. El hecho de que fuera un alfa y de que, según Nanami, Satoru tuviera pegado el aroma de Suguru no ayudaba.

Los rumores no se calmaron hasta después de un mes.

A pesar de posibles problemas, las cosas mejoraron lentamente en el transcurso de la semana. Con ayuda del ritual inverso y los cuidados de la beta, Satoru se encontraba mucho mejor de salud y quizás comenzara a entrenar de nuevo para recuperar su agilidad y musculatura perdidas por el reposo. No era mucho, pero hacia una gran diferencia para un poderoso mago en crecimiento. También tenía que acostumbrarse a que ahora lo tratasen mas como un omega.

No malentiendan, no es que le consideren débil o algo similar, solo eran muy amables con él y había una gran diferencia de trato respecto a antes. Al inicio le molesto un tanto, pero luego se acostumbró al nuevo trato, sin embargo, pasado un mes de lo sucedido con Geto, aun no había curado del todo algunas heridas, especialmente las mentales. Tenía a sus amigos, con los cuales se había vuelto mas cercano y empezaba una terapia que poco a poco le hizo mejorar y dar unos pasitos al frente.

Todo parecía ir mejor, lo que le hizo pensar en que tal vez las cosas hubiesen sido algo distintas si desde el inicio hubiese confiado más en ellos, les contase de su verdadera casta y el porqué la esconderla.

Tal vez si no se hubiera aferrado tanto a Geto no hubiera salido todo mal. Al final, el alfa acabó tirando por la borda lo que fue una amistad de niños y relación de adolescentes.

Solo pensar en él y recordarlo hace que sus ojos se humedezcan. Lo extrañaba aunque no lo admitiera en voz alta por lo sucedido entre ellos.

Lo peor era que muchas, demasiadas cosas a su alrededor le recordaban a Suguru.

Cuando se dio cuenta, estaba llorando, sus lágrimas mojando silenciosamente sus mejillas. Se sentó contra una pared en una esquina de su habitación. Recojió sus piernas y bajó la cabeza, permitiéndose soltar un sollozo casi inaudible a pesar del silencio de la habitación. Murmura de forma entrecortada mientras llora el nombre de su alfa mas de una vez, sintiéndose peor.

Odiaba ser tan sensible y sentirse así.

Odiaba a Geto Suguru.

Odiaba ser un omega

Lo odiaba todo.

La idea de morir pasó por su mente, sin embargo, no se movió de su lugar para hacer algo mas. Solo siguió llorando.

Estuvo de esa forma un par de horas, hasta que escucha unos pasos aproximandose a él. No levanto la mirada, sabía de quien se trataba, pues ella era la única que tenía una copia de la llave de su habitación. También Suguru, pero se la dejó antes de irse. La beta se sentó a su lado, sin decir nada. Le mostraba su apoyo de esa forma.

...

- Satoru huele a omega preñado - le comenta Nanami a Shoko, con un tono de preocupación.

La castaña abrió los ojos como platos, sorprendida por la repentina declaración de su kouhai. ¿Enserio logró quedar embarazado a pesar de rechazar el nudo, romperlo y tomar la pastilla del día siguiente? La suerte no estaba del lado del albino para nada.

- ¿Cómo se lo diremos? - pregunta con nervios Haibara, como omega empatizaba un poco más con el albino e incluso se imaginaba en su situación. Sería difícil.

La estudiante de medicina se hacía la misma pregunta, conociendo el estado mental del omega Gojo y la forma en que tuvo una recaída días atrás. El sonido de algo cayendo hizo que todos voltearan en dirección a dicho sonido, viendo al omega de quien hablaban con una cara de horror. Los tres se pusieron nerviosos y esperaron a ver la reacción de Satoru.

- ¿Y-yo? No es cierto, díganme que no es cierto - el heredero de los Gojo estaba completamente estupefacto y se veía desesperado por que alguien le dijera que era mentira, que solo era una broma muy pesada.

Ninguno de los tres hace algo porque temen que su reacción pueda empeorar algo, pero no hacer nada lo pone peor. Satoru toca su abdomen, mirando hacia abajo y luego vuelve a mirar a sus amigos. Shoko se acerca a él para calmarlo pero él se aleja.

- Satoru... - le dice con suavidad, sin acercarse tanto a él - es posible que sea mentira... No podemos guiarnos por el olfato de un alfa para todo...

El nerviosismo le hizo confiar en las palabras de su amiga, mientras asentía rápidamente. Shoko le tomó la muñeca con suavidad para medirle el pulso y solo confirma lo que el alfa rubio dijo.

Satoru estaba en espera...

Ella aprieta los labios con evidentes nervios y los tres chicos se empiezan a desesperar un poco por una respuesta. Ella toma aire y se prepara mentalmente para soltar la bomba, pues mentir en este caso no era para nada buena idea.

- Satoru... Sabes que cuentas con nosotros y pase lo que pase te vamos a apoyar... No estas solo en esto... - Shoko hace una pequeña pausa, tomando aire nuevamente. Los demas tenían una idea de como iba todo y no les gustaba para nada - estas gestando...

- No... No es cierto... Definitivamente no... - Satoru lo niega constantemente. Shoko toma sus manos con delicadeza, haciendo que se siente a su lado y lo abraza con la delicadeza que lo haría una madre. - ¿Es una broma verdad? No puedo estar preñado... Rechacé todo... Tome la pastilla...

La reacción de Satoru le partió el corazón a todos. Haibara casi llora, Nanami se unió al abrazo y Shoko solo podía preguntarse que tanto mal hizo el omega para merecer esto.

- Si no lo quieres, puedes quitártelo - las palabras de la beta hicieron que Satoru levantara la cabeza y la mirase, con un imperceptible brillo de esperanza en sus ojos.

- Por favor, Shoko... Haz que lo pierda... - El omega literalmente le rogó a la beta, cosa que nuevamente, le partió el corazón al resto. Haibara ya estaba llorando al igual que Satoru.