Milagro

263 25 7
                                    

—¡Regrese ahora!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Regrese ahora!

El pánico no se hizo esperar, varias personas dejaron la calle para arremolinarse en los locales y en las aceras, tan sólo limitándose a observar lo que acontecía en ese instante.

Una persecución frenética, una mujer corría tras de un hombre que lucía severamente aterrado de ser atrapado.

—¡Alto, policía de París!— clamó la oficial (T/N) Durand, apretando la mandíbula y gastando cada gramo de energía disponible para correr más rápido.

El varón cada vez fue reaccionando de manera más errática, por lo que tropezó con mayor frecuencia, y llegó el punto en el que la policía consiguió lanzarle una de sus botas hacia una de las piernas para hacerlo caer. Ella se arrojó encima y lo esposó de inmediato contra un poste de luz, en espera de que llegaran sus compañeros.

—¡Suélteme! ¿Qué está…?

—Señor Gérard Dubois, está detenido por el homicidio de su hermano, el señor Renaud Dubois. Tiene derecho a un abogado, si no es capaz de pagarlo, entonces el estado le asignará uno.

—¡Yo no…!

—Le sugiero que se calle, las pruebas están en la escena y todo lo que diga a partir de ahora será usado en su contra.

(T/N) resopló, sacó de su bolsillo la cajetilla de cigarrillos, encendió uno y le dió un par de caladas para serenarse. Pronto llegó el resto del escuadrón encargado del caso y escoltaron al hombre a la comisaría para proceder con el interrogatorio, pero la mujer miró a la secretaria del lugar esperándola en la puerta.

—¿Qué se le ofrece, señorita?— cuestionó, apagando el cigarrillo y tirando la colilla al cenicero para no apestar las oficinas.

—El jefe solicita su presencia, es para un nuevo trabajo.

—¿Y el interrogatorio? No pueden hacerlo sin mí.

—El jefe insiste, sus compañeros se harán cargo del resto.

La oficial entrecerró la mirada, viéndose irritada, pero obedeció el pedido y caminó hacia la oficina del comisario general, quien la recibió con un vaso de whisky para charlar.

—Buen trabajo atrapando a ese sujeto, jamás decepciona a la hora de las persecuciones, señorita Durand— murmuró el comisario, un hombre ya entrado a sus cincuenta años y con el cabello entrecano, pero todavía apto para el trabajo de campo.

—Le agradezco, pero quisiera saber qué trabajo planea darme ahora— respondió (T/N), dándole un trago al whisky.

—Seré breve, de hecho son dos trabajos, se trata de dos desapariciones.

—¿Desapariciones?

—En efecto, aquí tengo las respectivas denuncias y una carpeta con información de ambas mujeres. Vaya ahora a casa, léalas a detalle y comience a investigar, no sabemos qué podría suceder si la búsqueda se demora más tiempo. Le asigno esto porque creo en su eficiencia y en su apellido, sé que no es buena únicamente en perseguir delincuentes por las calles.

Identity V - Burning For You (Florian Brand × Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora