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Ella encaja en su regazo un poco demasiado bien, enrollada sobre sí misma, con los brazos aferrados a su camisa, sin querer soltarlo.

"Flamita", murmura él, "Mi pequeña llama bebé. No estés triste. Hoy es un día feliz".

"No quiero un hermano", reniega. "Los hermanos son molestos. Suzumi me lo contó todo".

"Ah", asiente Satori como si supiera, aunque él nunca ha tenido hermanos, a diferencia de ti. "Pero sabes, ese es el hermano de Suzumi. El tuyo será muy diferente. ¿Sabes por qué?"

"¿Por qué?"

"Porque él te tiene a ti como hermana. No puede ser terrible contigo como hermana, ¿verdad?"

"Supongo".

"Ahora", su mano izquierda está en su cabello, sus trenzas habituales se deshicieron hace mucho, y él le frota la espalda con la otra mano, siempre allí para calmarla como ella lo necesita, "¿Estás lista para conocer a tu hermanito? Él está esperando conocerte".

Vacilante, ella deja que él la lleve hacia la cama, donde su hermano espera en tus brazos, con la cara arrugada y roja, los puños levantados como si estuviera listo para pelear. Encima de todo esto, está el característico mechón de cabello rojo, haciéndolo parecer un pequeño punk de cara roja.

"Parece que su cabeza está ardiendo", murmura tu hija y acaricia suavemente su cabello.

"Hmm", Satori lo mira con cariño, "Tú te parecías mucho a eso cuando naciste. Por eso eres mi flamita".

"Pero él es aún más pequeño que yo, ¿verdad? ¿Como una llama más pequeña?"

"¿Qué es más pequeño que una pequeña flama?"

Satori te pregunta, con los ojos puestos en ti, confiando en que tengas todas las respuestas.

"Una chispa", dices y, como si fuera en ese momento, el miembro más pequeño de tu familia estornuda.

Una risa, la primera del día, escapa de tu hija y se inclina hacia adelante para darle un beso en la sien a su hermano.

"Hola, chispita".

Flamita | Tendō SatoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora