ᴊᴇɴʟɪsᴀ - ᴏɴᴇ sʜᴏᴛ

¿Una novia gamer?

– ¿Por qué la has vuelto a invitar? – Ambas chicas observaban desde la cocina a una Lisa muy concentrada gritando a la nada mientras juega en la sala.

– Ya sabes porque – Jennie siempre le recuerda lo mismo y Rosé siempre hace una cara de asco.

– Sigo sin creer que sea un buen motivo para aguantar tantos meses a un gamer- otaku con problemas para socializar. – Jennie mira de mala manera a su amiga.

– No hables así de mi futura novia. No tiene problemas para socializar, solo es tímida. – La rubia se encoge de hombros. – No creo nunca que logres que sea tu novia, no es capaz de entender tus indirectas.

– Me conoces tengo un objetivo y no me rendiré  – Rosé niega con la cabeza, haciendo reír a Jennie.

– Sigo sin entender qué le ves y porque te gusta tanto. –

– Es buena persona, divertida, atenta, cariñosa, linda y no me ve como un trozo de carne – confiesa la morena.

– De hecho no te ve de ninguna manera. Y estoy bastante segura de que es virgen –

– No me importa y pienso pedirle a Lisa que se venga a vivir conmigo. – La menor mira a la mayor con algo de incredulidad.

– La conozco desde hace siete meses, llevo enamorada de ella desde hace cuatro, quiero pasar más tiempo con ella. Vive muy lejos y cuando comiencen los exámenes finales estoy segura de que no la veré casi nunca. Además creo que de esa manera lograré que se fije en mí como mujer y no como su amiga. – La menor sonríe y asiente con la cabeza.

– Estás muy pillada. Pero debes tener cuidado, aunque la conozcas de siete meses eso de vivir juntas es un paso importante  – Jennie asiente porque sabe que debe tener cuidado aunque ella está segura de que Lisa es lo más cercano a un ser de luz

– Además no quiero que siga viviendo donde vive, si no hay necesidad. El barrio es conflictivo y su piso es minúsculo. Soy su amiga y me preocupo por ella y por su escasa alimentación –

– Es pequeño porque estará lleno de figuritas y mierdas de colección. – Jennie hace muecas pero asiente.

– Bueno igual se lo pediré. Creo que me dirá que sí y si no siempre puedo obligarla. – ambas amigas se ríen

– Y como piensas obligarla? – 

– Tengo mis métodos – Jennie observa a Lisa, nota cómo está resopla y se queja.

– Bueno si no te importa creo que es hora de que te vayas y me dejas a solas con ella. – Rosé se lleva la mano al pecho y finge una mueca de dolor.

– ¿Me estás echando? – la morena asiente y le indica la puerta.

– ¿La eliges a ella por encima de tu mejor amiga? – Jennie pone los ojos en blanco y se levanta del taburete. – Rosé, vives dos pisos más arriba. No seas dramática. –

– Bueno pero me llevo los sandwiches – La rubia se levanta, atraca la nevera y se marcha.

– No tienes remedio –

Ella se acerca a Lisa y le abraza por detrás – ¿Qué ocurre? – Lisa se quita los auriculares y suspira.

– Nada, no tienes de qué preocuparte. – Ella le sonríe a la morena y le da un beso en la mejilla, que hace que Jennie se derrita por dentro. – ¿Dónde está Rosé? – pregunta al no verla por ninguna parte.

– Se fue, bueno la eche porque te noté algo agobiada. – la mayor le sonríe a Jennie y le acaricia la mejilla. – No tienes que hacer eso, es tu mejor amiga. –