Todos los días.

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Jennie Kim, de 8 años. Espera pacientemente a que su madre termine de comprarle sus materiales para la escuela.

Su madre le dijo exactamente donde debía esperar y ella no se ha movido ni un centímetro.

De pronto nota como una chica viene hacia donde está ella y se sienta a su lado.

Ella observa el resto de los asientos vacíos y se pregunta por qué la chica no se pudo sentar en ellos.

- ¿Tú también te aburres? - Jennie no va a contestar. Su madre le ha advertido que no puede hablar con desconocidos porque es peligroso.

Ella mira a la niña y no ve nada de peligroso en ella. Al contrario, es unos centímetros más baja que ella, pelo castaño claro con un flequillo bastante largo que le tapa parte de la mirada, tiene las mejillas sucias, las manos sucias y la ropa algo manchada.

Es una niña normal de unos 6 años quizás... pero igual su madre dice que no debe hacerlo.

Y ella vio hace poco en una serie, la cual no podía ver qué hay personas malas que usan a otros niños para atraer a más niños

Una tienda llena de padres distraídos es el mejor sitio para ejecutar un plan así.

- ¿Eres muda? - Jennie niega con la cabeza. - ¿Tienes alguna discapacidad? Mi mamá dice que incluso así, los niños son niños. - Ella vuelve a negar con la cabeza. - ¿Entonces eres tímida? -

Jennie iba a decir que no pero estaría mintiendo, así que asiente.

- Entiendo, soy Lalisa. - Jennie observa como la niña extiende su mano sucia, la cual ella no quiere tocar.

Lisa mira su mano y sale corriendo.

- Ahora me siento mal - Jennie ve como la niña se va corriendo, haciéndole sentir culpable.

Al rato Lisa vuelve, con la cara y las manos limpias. Con el flequillo algo abierto lo que hace que Jennie pueda apreciar sus ojos. Y una gran sonrisa.

- Hola, soy Lalisa Manobal - Jennie no puede dejar de mirar los ojos marrón miel de la niña, nunca había visto una mirada tan alegre. - Jennie Kim - ella acepta el apretón de manos y también le sonríe a Lisa.

- Wow, sabes hablar. - Eso provoca que Jennie se ría y termina contagiando a Lisa

- Tienes una risa y una sonrisa muy linda Jennie. - La mayor, agacha la cabeza para evitar que Lisa note que se ha sonrojado

- Buh - Le dice Lisa, cuando también agacha la cabeza y se encuentra con su mirada.

Le da una sonrisa enorme, es la sonrisa más sincera que Jennie ha visto nunca.

- Perdón por lo de antes, es que me gusta correr y deslizarme por todas partes. - Ahora Jennie entiende porque tenía las manos sucias.

- Mi madre, me castigó y me dijo que me quedara aquí. Y cuando te vi pensé que estabas aburrida, así que me acerque. ¿Tú también estás castigada? -

Jennie niega con la cabeza. - Siempre espero a mi madre sentada, mientras ella compra. No me gusta molestarle. -

- Y como haces que te compre lo que quieras? - Lisa no entiende cómo Jennie obtiene las cosas que le gustan. Ella debe ir detrás de su madre e ir metiéndolo todo en el carrito o rogarle a su madre que las compre.

- Portándome bien. Deberías probarlo. -

- Es un método distinto pero no es para mí. - Lisa se lleva las manos a la cintura y sonríe orgullosa.

ᴊᴇɴʟɪsᴀ - ᴏɴᴇ sʜᴏᴛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora