Mi vida lentamente empieza a recaer aunque destaque en lo intento destacar. Me duele saber que nunca tendré el aprecio que debo tener. Valoren lo que tienen antes que se vaya y te deje solo junto a un caja de recuerdos donde solo hay lamentos de tu pasado.
Solo quedan las miradas de confusión y dolor en tu brazo rasgado por la ansiedad y el arrepentimiento. Mientras la sangre de la verdad sale de esta y empieza a liberar gotas. Gotas que muestran tu verdadera tristeza, pero que no sale de tus ojos sino de tus venas. Venas llenas de un río de emociones que jamás paran hasta sentirte bien contigo mismo.
No importa cuanto cortes o cuan profundo llegues, nunca será suficiente para ese vacío interno que tienes que no sabes cuando terminará. Cuando se llenará, y así no tendrás que desechar toda tu vibra, como sangre brotando de una coraza fuerte que solo se debilita entre más pienses las cosas que pasan. Pero ¿ Porqué lo haces ?
La vida es hermosa, lo acepto. Pero aveces hacerlo es mi escape de dolor interno a un dolor externo, que solo lleva a una preocupación de toda la felicidad que se pierde en cada gota que se derrame de mi vino.
Pero es posible prometer no volver hacer ese río de vinilo rojo, hasta que la vida vuelva a despreciar todo lo que hice por mantenerme en pie.
