•prólogo•

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La noche envolvía la ciudad con un manto oscuro, pero para él, era como un lienzo en blanco esperando ser pintado con su obsesión.

Se deslizaba entre las sombras, su paso silencioso apenas rozando el suelo.

Encontró su objetivo, el con su belleza etérea, caminando despreocupado por la calle desierta, sus ojos brillaban con una luz propia, ajena a la oscuridad que lo rodeaba.

Ellá lo siguió, manteniendo una distancia prudencial para no ser descubierta.

Cada paso que el daba, ella  lo replicaba con una precisión casi sobrenatural.

Era como si estuvieran conectados por un hilo invisible, un destino inexorable que los había unido desde el principio de los tiempos.

Y así continuaron, el sin sospechar siquiera su presencia, ella consumida por la necesidad de poseerlo, de hacerlo suyo de una vez por todas. La obsesión la consumía, pero también la alimentaba, dándole fuerzas para seguir adelante, para no detenerse hasta que el fuera suyo en cuerpo y alma.

El juego apenas comenzaba, y ella estaba dispuesta a jugarlo hasta el final, sin importar las consecuencias.

Porque cuando se trataba de su obsesión, no había límites, no había barreras que no pudiera atravesar.

No detenía sus pasos estaba claro que realmente lo acechaba, no solo era amor lo que sentía por el si no que lo veia como una presa, una presa fácil para cazar y manipular con amor y sexo, solamente para ganar algo de el.

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⏰ Última actualización: May 22 ⏰

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