María y Sebastián compartieron risas y confidencias mientras el sol se ocultaba en el horizonte, tejiendo un vínculo que parecía haber existido desde siempre. Descubrieron que compartían una pasión por los viajes, la música y los libros, y cada palabra intercambiada parecía abrir una ventana a un mundo nuevo y emocionante.
Con el tiempo, el bullicio de la estación dio paso al silencio de la noche, y las luces de la ciudad comenzaron a brillar en el horizonte. María y Sebastián se despidieron con la promesa de volver a encontrarse, con la certeza de que este no sería un adiós, sino un hasta pronto.
En los días que siguieron, María y Sebastián mantuvieron viva la chispa de su encuentro, intercambiando mensajes y llamadas que llenaban sus corazones de alegría. Se dieron cuenta de que, aunque vivían en ciudades diferentes, sus caminos estaban destinados a cruzarse una y otra vez.
Con el tiempo, cada encuentro entre María y Sebastián se convirtió en un nuevo capítulo de su historia compartida. Juntos exploraron nuevos lugares, descubrieron nuevos rincones del mundo y se apoyaron mutuamente en los altibajos de la vida.
A medida que su amor crecía y se fortalecía, María y Sebastián comprendieron que su encuentro en aquella estación de tren había sido más que una simple casualidad. Había sido el inicio de un viaje compartido, donde cada paso los acercaba más el uno al otro y les mostraba el poder del destino para unir a dos almas afines en un camino común.
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Cuando te conocí
Lãng mạnMaría es una joven soñadora de veinticinco años, con ojos color avellana que brillan con curiosidad y una sonrisa que ilumina cualquier habitación. Su cabello castaño cae en suaves ondas sobre sus hombros, y su espíritu aventurero la impulsa a busca...