Nada como una taza de té caliente

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Hola! Esta es la reescritura del segundo capítulo, les recuerdo que la historia está publicada hasta en capítulo 8 (en su versión original) en ao3, el link está disponible en mí perfil

Me gustaría pedirles su apoyo, para tratar de recuperar el éxito de la historia original antes de ser eliminada. Lo comentarios positivos me motivan mucho (⁠ノ⁠◕⁠ヮ⁠◕⁠)⁠ノ⁠*⁠.⁠✧

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Izuku se encontraba temblando cuando llegó a su casa. Gracias a su cuerpo cansado y adolorido, le había tomado aproximadamente el doble de tiempo, que normalmente tardaría en hacer ese recorrido.

Le costó un par de intentos a su mano temblorosa meter la llave en la cerradura para abrir la puerta, estaba desesperado por encontrarse con su madre y también necesitaba darse un baño con urgencia, pero cuando entró notó que la casa estaba vacía así que optó por bañarse primero.

Era lo mejor de todos modos, no quería tener que explicarle a su madre sobre su aspecto, y tampoco estaba seguro de poder actuar con naturalidad frente a ella todavía.

Entró al baño, y empezó a quitarse lentamente la ropa con movimientos cuidadosos, ya que todavía le dolían mucho las caderas y la espalda, pero cuando se miró al espejo se sintió horrorizado con su reflejo.

Se veía totalmente demacrado, tenía los ojos rojos e hinchados por el llanto, restos de s4ngr£ seca en su nariz por la p4t4d4, horribles her!d4s en sus muñecas por el cinturón, un m0r£tón desagradable en su estómago por el puñet4z0 y marcas en sus caderas por... bueno decidió mejor evitar pensar en esa parte.

Izuku ya no pudo más así que desvió la mirada del espejo y empezó a preparar el agua para bañarse, una vez que se sintió cómodo con la temperatura del agua se metió a la ducha y comenzó a tallarse el cuerpo frenéticamente con la esperanza de deshacerse de la incesante sensación de suciedad.

Pero por más que talló y talló con la esponja no lograba sentirse limpio, comenzó a desesperarse así que incrementó la temperatura del agua y la cantidad de jabón que estaba usando, pero desafortunadamente nada de esto logró ayudar, e Izuku terminó llorando de la profunda frustración e impotencia.

Después de un buen rato, Izuku se rindió con su cuerpo, pero sabía que todavía le quedaba "esa" parte por limpiar... realmente no quería hacerlo, la sola idea hacía que su estómago doliera, pero sabía que si no lo limpiaba después se iba a arrepentir, no estaba dispuesto a seguir soportando la sensación de "eso" dentro suyo.

Así que metió dos dedos dentro suyo, mientras cerraba los ojos con fuerza, intentando pensar en cualquier otra cosa que no fueran los horripilantes recuerdos de ese día, a pesar del dolor, tuvo que evitar sus náuseas tratando de sacar todo lo que pudo de su interior. Tampoco logró sentirse realmente limpio ahí, pero se tuvo que conformar con sentirse aunque sea un poco menos repugnante.

Dejó el baño y fue a su habitación, una vez allí decidió vestirse con una camiseta de manga larga para ocultar sus muñecas y unos pantalones cómodos y sueltos. No quería nada ajustado, ni que tuviera más contacto con su piel de lo necesario, lo hacía sentir demasiado incómodo.

Después regresó al baño en busca de algún medicamento que aliviara el dolor de su cuerpo, se tragó dos pastillas sin ayuda de agua y volvió a verse en el espejo, esta vez no se sintió tan asqueado con su reflejo. Su ropa tapaba sus heridas y moretones, y su cara se encontraba más limpia con sus ojos en un mejor estado, por más que siguieran bastante hinchados y rojizos, todavía algo se sentía terriblemente mal con su reflejo, pero no podía describir exactamente el que.

Mientras seguía mirándose a sí mismo con aflicción, escuchó el sonido de la puerta y salió corriendo del baño para encontrarse con su madre.

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Cuando Inko regresó a la casa del trabajo fue recibida inmediatamente por un fuerte abrazo de su hijo, se sintió feliz por la muestra de afecto, pero rápidamente se preocupó cuando noto que su hijo comenzó a llorar y temblar en sus brazos -Izuku cariño ¿estás bien? ¿Por qué lloras?- preguntó preocupada mientras sostenía su rostro con delicadeza -nada mamá, es solo que te extrañe mucho- respondió Izuku secándose las lágrimas.

-oh izuku, tu sabes que yo también te extraño siempre- dijo cálidamente -pero ¿estás seguro de que no pasó nada? Tu sabes que puedes contarme cualquier cosa y yo estaré ahí para ti- habló esta vez con un tono más preocupado, Inko no era tonta, ella conocía a su hijo como la palma de su mano y sabía perfectamente que algo tuvo que haber pasado para que Izuku estuviera en ese estado.

-Está todo bien mamá, de verdad, es solo que este fue un día realmente largo- le respondió su hijo, aunque ella no estuviera muy convencida con su respuesta no quiso presionar más y decidió esperar hasta que Izuku decidiera contarle.

-está bien cariño ¿Qué tal si te recuestas un rato en tu cama mientras que te preparo una taza de té?- dijo ella con un tono maternal -suena bien- le respondió Izuku y se fue a su cuarto.

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Una vez que Izuku entró a su cuarto ocurrió lo que más temía. se quedó solo con sus pensamientos, al menos cuando estaba en el baño había podido distraerse con la tarea de limpiarse, pero ahora no había nada que distrajera a su pobre mente de los espantosos recuerdos de hoy, si tan solo no hubiera seguido a Kacchan...

Aunque sabía que era ridículo ponerse a pensar en todas las posibilidades, dándole mil vueltas al asunto como si pudiera viajar en el tiempo e impedir que eso pasara.

Se sentía horrible, ¿Por qué de todas las personas tuvo que pasarle esto a él? ¿Por qué Kacchan tuvo que hacerle eso a él en específico? Ahora que lo pensaba, era estúp!d0 seguir llamando a su abus4d0r, por un apodo tan infantil, Izuku lo llamaba Kacchan porque todavía le guardaba afecto en el fondo, pero después de lo que hizo, ese cariño había sido remplazado con un miedo profundo.

Y ahí es cuando más recuerdos oscuros volvieron a infectar su mente, la odiaba, se sentía repulsivo, le causaban ganas de vomitar.

Pero sus pensamientos fueron milagrosamente interrumpidos por su madre quien entró a su cuarto para traerle el té que le había preparado. Ella dejó la taza en su escritorio -aquí tienes cariño, yo ya me voy a dormir ¿quieres que te prepare algo para cenar antes?- dijo Inko -no, estoy bien mamá no tengo hambre- honestamente Izuku no creía que fuera capaz de aguantar nada más que un té dentro de su estómago.

Entonces su madre se despidió deseándole buenas noches, e Izuku volvió a quedarse solo con sus pensamientos.

¿Qué se supone que haga ahora? ¿debería acusar a Kacchan? Pero la idea de que todos supieran lo que le habían hecho lo angustiaba ¿Qué iban a pensar de él? Lo más probable es que creyeran que es asqueroso y se burlarían de él ¿siquiera le creerían si les dijera lo que hizo Kacchan? Nadie creería que Bakugo Katsuki un alumno con excelentes notas, popular y con un futuro como héroe prometedor, sería capaz de hacerle eso a un don nadie sin peculiaridades como él, Si... lo mejor era quedarse callado...

Toda esa línea de pensamiento provocó en Izuku un sentimiento de desolación intenso.

Y es que ¿Por qué haría eso para empezar? Katsuki no era feo, Izuku estaba seguro de que si quisiera podría conseguir una novia sin esfuerzo, así que ¿Por qué él? ¡Además es un chico!

Izuku ya estaba demasiado agotado tanto mental como físicamente, para seguir con esto. Bebió el té que su madre le había preparado lo que le ayudó a sentirse un poco más tranquilo así que se dispuso a dormir tratando de no pensar en nada más.

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Porfavor déjenme un bello comentario con su opinión (⁠◍⁠•⁠ᴗ⁠•⁠◍⁠)⁠❤

Una vez más no hay grandes cambios, pero estoy trabajando en el siguiente capítulo y puedo asegurarles, que voy a contar las cosas de manera algo distinta, aunque siempre respetando la idea original.

¿A Dónde Vamos Kacchan? [reescribiendo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora