Iba de camino al Instituto donde al llegar me encontré con mi mejor amiga Zoey en la entrada. Estaba apoyada en la pared cerca de la puerta viendo su celular con una gran sonrisa en su rostro, llevaba unos shorts blancos y un top negro y en forma como de sudadera llevaba una camisa polo abierta de color blanco y unas botas blancas, e iba peinada con una elegante cola de caballo y un moño blanco.
Cuando me acerque a ella nos saludamos de un abrazo. Zoey era mi amiga desde los 6, siempre estuvo conmigo contandome todo y desde que llegamos a la adolescencia simpre me contaba de los chicos con los que empezaba andar, yo siempre le decía que si no le parecía casado andar con chicos siempre pero ella me decía que no sólo que si el chico era un imbécil ahí si le parecía algo cansado. Para mi me parecía algo absurdo, yo jamás he tenido una relación ya que no me importa mucho en estos momentos de mi vida estar con un tarado que se cree el centro del universo pero por otro lado Zoey no pasa un día sin estar con un chico, es algo muy típico de ella pero yo no la juzgo porque siempre me dice que es mejor disfrutar tanto como puedas a esta edad y supongo que tiene razón pero yo disfruto de otra manera muy diferente a la de ella pero al final de cuentas compartimos muchas cosas en común. Aunque los gustos en moda podría no ser una de ellas.
— ¿Que es lo que traes puesto?—me pregunta con una leve sonrisa y una ceja levantada cuando nos separamos.
La miro por unos segundos para después bajar la mirada y ver mi outfit.
Llevo un suéter blanco y un overol de mezclilla con unos convers negros, algo simple que mi madre me insistió en usar ese día y yo no proteste claro porque a mí me gusto, además ella dice que todavía soy alguien joven y no tengo que enseñar mucho. Además porque tengo un cuerpo un poco más desarrollado y a mi madre eso le preocupa y por eso me hace usar cosas un tanto más cubiertas para tapar las partes que más resaltan de mi.
— ¿Que tiene?— le preguntó confundida, yo no veía nada de malo en lo que llevaba pero Zoey y yo teníamos un ojo para la ropa muy diferente.
— Pareces una niña.—dice soltando una leve risa. Aunque se que no lo hace con mala intención. —De seguro tu madre fue quien te lo escogió, digo, no se ve mal pero si pareces una niña.
El ojo de Zoey sobre la moda es elegante extravagante y el mio o más bien el de mi madre es simple y ligero como el de una niña pequeña pero a mi no me molesta, además siempre me dice que cuando cumpla los dieciocho podré al fin vestirme como yo quiera entonces no protestó porque dentro de poco seré yo quien tome mis propias decisiones y no se, tal vez le pida a Zoey consejos de moda.
— Ya pues, no es para tanto. Además ya casi cumplo los dieciocho y ya podré vestirme como se me de la gana. —le digo con una gran sonrisa en mis labios.
Zoey da un chillido de emoción y da un pequeño saltito que me hace reír.
— No puedo esperar a que cumplas los dieciocho e ir de compras para que vistas como toda una diva al fin. —dice tomandome de los hombros y viendome con un brillo de felicidad en sus bellos ojos verdes. —En fin, tenemos que entrar ya, que se nos hace tarde y ya sabes como se pone ese viejo.
Pongo los ojos en blancos y dejó que ella me arrastre dentro del lugar. Empezamos a caminar y platicar sobre que vamos hacer en las vacaciones, hasta que nos interrumpe alguien que se detiene en frente de nosotras bloqueandonos el paso.
— Hola Ryan. —saluda Zoey muy feliz.
Ryan Prie, el chico más guapo de la escuela según Zoey. Estaba frente a nosotras con una sonrisa coqueta en su rostro con mechones de su sedoso cabello cobrizo cubirendo su frente. Sus ojos brillan con una mezcla de confianza y amabilidad, su mirada profunda parece traspasar cualquier barrera. Su sonrisa es cálida y encantadora, iluminando todo su rostro. Las líneas de su mandíbula están perfectamente definidas, otorgándole un aire de masculinidad. Cada gesto que hace es elegante y seguro, iba vistiendo un elegante cuello de tortuga negro y unos jeans con un cinturón del mismo tono, un abrigo color beige y de su cuello cuelgan unos lindos pero discretos collares de plata.
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Dentro del oscuro bosque
Teen FictionVlifmond El pueblo donde las historias florecen en cada esquina. Entre todas ellas, destaca la leyenda del misterioso y temible bosque, un lugar prohibido donde solo aventurarse significa peligro mortal. Desde su nacimiento, los habitantes de Vlifm...