Me encontraba a mitad de la noche, acostada mirando al techo, preguntándome ¿Cómo carajo llegue aquí?; ¿Cómo carajo termine en esta situación?
Me giré, al hacerlo encontré un rostro dormido, uno que, si no fuera por la poca luz que hay en la habitación podría admirar con más detención; pero en ese momento me valía de mi memoria casi perfecta para poder hacer esa tarea. Me levante lo más cuidadosa que mi torpeza de naturaleza me permitió ser, al salir de la habitación abrí la puerta que se encontraba a mi derecha; ahí observe que en la cama descansaba un pequeño muy cansado por su largo día de juegos, y en el otro extremo de la habitación mire a un pequeña bebé de tan solo unos meses que estaba profundamente dormida, soñando seguramente con gatitos o perritos, las únicas dos palabras – Además de mamá y papá - que decía con fluidez, deje una caricia en su cabeza y volvió la pregunta que me hice hace unos segundos, ¿Cómo llegue a esto?.
Al salir y tomar dirección a las escaleras, pase por la ultima puerta del corredor, me asome y mire a una niña de unos 11 años sentada en un pequeño sillón junto a la ventana con un libro que muy probablemente era mío de cuando era mas joven.
Me acerqué a ella, quien tenia la vista perdida en el paisaje de la noche, me senté junto a ella y a los pocos segundos ella me miro.
– Luna ¿Por qué no te has ido a dormir?
– Me quede leyendo, pero mientras más lo hago, más preguntas me invaden, una de ellas es ¿Cómo la protagonista tiene que pasar por tanto? ¿Cómo lo soporta y en que momento decide que es hora de irse? Además ¿Cómo sabe que su compañero va a ser al final su héroe si se llevan tan mal?
Reí al escucharla, me recordó a mi cuando era un poco más grande que ella, acaricié su mejilla de una forma suave.
– Sabes, algunas historias están mezcladas con la realidad.
Su cara paso de estar tranquila a una pequeña mueca de confusión.
– Eso no es posible, los libros son solo eso, ficción, fantasía.
– Pero están basados en las experiencias de la vida de las personas.
- ¿Cómo lo sabes?
Suspire, le sonreí y le tome la mano.
– Creo, hija mía, que es momento de que tengas algo que guarde para ti desde el día que supimos que venias en camino.
Ella se levanto de un salto, la imite, pero un poco más lento; empecé a hacer el recorrido de su habitación hasta la biblioteca de la casa, al entrar a la pequeña pero acogedora habitación, de uno de los gabinetes saque una llave de diseño peculiar y me dirigí a una pequeña estantería con puertas de cristal, a esta estantería, la solíamos llamar "la sección prohibida" ya que mis copias de "cincuentas sombras" y libros para adultos descansaban ahí.
Tomé un libro que estaba empastado con un color rojo vino, sin portada y sin título, se lo di, ella lo observo y con incredulidad me miro.
– ¿Esto se supone que es un libro? ¿Y la portada, y el autor? Solo son paginas con letras, ni siquiera puedo leer de que trata.
– Bueno, para saber de qué trata tendrás que dejar de juzgar y empezar a leer lo que esta en su interior ¿No crees?
Ella solo me miro con recelo y se dio por vencida.
– Bien, entonces ahora que nos estamos entendiendo, a la cama Lu.
La acompañé a su habitación, una vez que estuvo en la cama, me dirigí a la mía, me acosté, sentí una mano en mi cintura y un ligero sonido detrás de mí.
– ¿Crees que esta lista para saber toda la verdad?
– Si esta lista o no es algo que tendrá que descubrir ella sola, como nosotros lo hicimos, además si se pierde en el camino, estaremos ahí para guiarla de regreso.
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Mi vida con él
Roman pour AdolescentsDestino o casualidad, la vida siempre nos tiene sorpresas preparadas, caminos que se cruzan y se separan, para que la vida mejore tienes que dejar todo atrás y avanzar, girar tu cara hacia el sol y así las sombras no te alcanzaran. El amor es un eni...