ραяάℓιѕιѕ

Capítulo 10

Era un día cálido, caluroso y lindo, florecido y con muchas divirtiéndose. El día estaba siendo muy agradable, me encontraba con la que parecía ser mi familia. Algunas de estas personas se me hacían familiares, me encontraba jugando como una pequeña de cabello ondulado, parecía tener cinco años de edad. Estaba vestida con un short y camiseta rosa, estábamos jugando voley, hasta que.. una corriente de agua llegó hasta mis pies, el muro que cubría la cascada se había roto. Debíamos huir de ahí, sin más cargue a la pequeña entre mis brazos y todos comenzamos a correr hasta llegar a un lugar más seguro. Pero todo parecía empeorar aún más, los edificios se empezaban a caer provocando incendios y provocando múltiples muertes. Incluso gracias a que uno de los edificios era un laboratorio muy famoso y a la ves peligroso, varios químicos cayeron en las personas causándoles efectos secundarios. Algunos se quemaron, otros quedaron ciegos, algunos sufrieron por algún tipo de asido y finalmente, lo peor. Algunos de ellos fueron mutados, se convirtieron en monstruos vivientes. El mundo se estaba volviendo un caos, empezaba a llegar la lava y el agua al mismo tiempo, solo había un búnker y estaba bastante lejos. Los monstruos atacaban a las personas sin piedad, las mordian, los mutilaban e incluso los pisoteaban. Tenía miedo, pero no por mí, si no por la pequeña a la que estaba cargando y que por cierto tenía mucho miedo y estaba llorando. No se porque, pero por alguna razón le tenía mucho cariño sin alguna explicación. Sentí la necesidad enorme de proteger la a toda costa y así fue, al llegar al búnker la deje encargada de quien pareciera mi familia y salí en busca de cualquier cosa para ayudar a los demás, encontré una vara y eso me bastó para dar una pelea y ayudar a más gente a que llegue el búnker, así estuve hasta que ya no veía nadie. Cuando regresaba, el búnker se estaba cerrando y eso debido a que la lava y monstruos se acercaban, corrí y corrí al ver a los lejos a la pequeña niña que esperaba por mi, tenía miedo de abandonarla o no llegar. Acelere el paso pero un mounstro me atacó quitando me tiempo, cuando estaba por entrar al búnker este se cerró y lo último que ví fue a la pequeña llorando. Estaba rodeada, no había otro lugar a donde escapar, sabía que este era mi final, así que no tuve más que aceptarlo. Cerré mis ojos esperando lo peor, pero, fue ahí donde lo escuche de nuevo..

"Evie, si me escuchas por favor despierta.."

Abrí los ojos y casi al instante me quedé ciega, el tiempo se había detenido y frente a mi había una luz blanca la cual no podía ver bien. Pero eso me permitió ver aquella figura de un joven de mi edad, caminando hacía a mí, hasta que finalmente llegó. Era alto, tenía en cabello corto y lacio, color castaño, ojos verdes y un fuerte olor a perfume dulce. Estaba vestido con un traje blanco, cuando se detuvo frente a mi quedé paralizada.

—Evie, vuelve con nosotros. —Estiró su mano.

—¿Quién eres? —Pregunté.

—Soy yo, Dylan. Tu familia y yo te extrañamos mucho, si quieres volver a casa, ven conmigo.

El chico caminó hacía donde venía y por si no fuera obvio, lo seguí.

...

—Mi cabeza.. —Me queje.

—¡Doctor, despertó! —Gritaron a mi alrededor.

—¡Evie, por fin! —Habló Dylan.

—¿Dylan, qué me pasó? ¿Donde estoy? —Me senté.

—Sufriste un choque automovilístico y quedaste en coma durante un mes entero.

—¿Qué? —Dije confundida.

Así que era eso, ¿todo lo que había vivido no era real? Simplemente estaba en coma, no podía creer que había sido algún tipo de pesadilla realista. Dylan me abrazo con fuerza recibiendo un abrazo de mi parte también, me había alegrado que todo estuviera como una simple pesadilla. Por que eso era, ¿verdad?...

—Te vemos.. —Escuché susurrar.

Voltee de inmediato a la ventana observando aquella chica de vestido blanco, el señor de máscara de sonrisa escalofriante, el demonio con la cabeza de la peli negra y finalmente, aquel mounstro desfigurado, saludandome de una manera bastante escalofriante.

—¿Evie? —Habló Dylan. ¿Todo en orden?

—Oh sí, todo en orden.

Ví de nuevo la ventana y aquellos monstruos, habían desaparecido.

FIN