—Por más que odie a Vaggie no merece esto...¿Pero que más da verdad? Po-Por que ella se revolcó con otro y yo...yo puedo también...
-intento convencer a su cabeza de aquel momento con Alastor habia sido lo correcto y que ella lo había querido-
—¿Querida Charlie?
-Alastor la abrazo por la espalda, recargando su cabeza en su hombro-
—¿Por qué lloras? ¿Acaso no te gustó?
—N-No es eso Alastor, me encantó mucho solo...que dolió
—Lo siento tanto, debí prepararte mejor
-Alastor suspiró-
—No te preocupes, creo que iré al baño ya sabes a ducharme
-alastor se levantó de la cama y la cargó-
—Creo que no podrás caminar, así que yo te llevo
—Oh si, creo que te pasaste un poco...
-Alastor llevo a Charlie al baño, le preparo la tina y la dejo dentro de ella mientras volvía a la habitación a buscar ropa limpia para ella-+Estando completamente sola las lágrimas volvieron a sus ojos, podía ver pequeños recuerdos que tuvo con Vaggie pero todo fue interrumpido por aquel momento íntimo con Alastor, había llorando casi toda la noche, en una parte por que Alastor era muy brusco y en otra por que aún quería a Vaggie. La idea de saber que estuvo con Alastor por despecho le parecía repugnante, ella era repugnante+
-Alastor entro al baño con un lindo vestido, aunque sabía que a Charlie no le gustaban mucho decidió que le quedaría hermoso. Grata fue su sorpresa al ver a Charlie llorando dentro de la tina mientras raspaba con fuerza su piel-
—¿Charlie que haces?
-Alastor la detuvo. Su mirada se centraba en las heridas de la menor, heridas sangrantes que con el paso de los segundos se curaban por si solas-
—No te, no te lastimes de esta manera
-no sabía cómo consolar a Charlie y tampoco tenía el interés en hacerlo, pero si quería lograr su objetivo tenía que salir de su zona de confort-
—Alastor...
—Te ayudare a ducharte y luego, vas a descansar
-desde afuera de la tina Alastor ayudo a Charlie a ducharse, la menor, sin que esté notara, lo miraba con asco. Podía notarse que odiaba el más mínimo roze que tenían. Aunque ella lo quería lejos, su miedo a quedarse sola la hacía dejarse vulnerable-—Estas lista preciosa
-la saco de la tina. La llevo a la cama dónde seco su cuerpo y la ayudo a vestirse-
—¿Te comieron la lengua los demonios?
—N-No...estoy cansada
-Charlie suspiro pesadamente. Alastor la recostó en la cama tapándola con una sábana limpia-
—Ire por un nutritivo desayuno princesa mía.
-Alastor salió. Estando afuera su sonrisa se hizo macabra pensando en como lograría tener a Charlie más—¿Por qué lo hice?...
-Charlie acaricio su vientre-
—Se perfectamente que no quería, lo odie...dolía tanto, me hacía sentir asquerosa
-se hizo bolita mientras las lágrimas recorren su cara-
—Y me deje, aunque lo odiaba, pero...no puedo reclamarle nada, yo también quise, lo deseaba también
-una risa nerviosa salió de su voz. Miro hacia su vientre-
—Fue mi culpa...por qué si lo hiciera detenido, pero eso no era posible por qué yo si quería...
-su cabeza era un caos. Quería convencerse de que todo estaría bien aunque no fuera asi-
—No...no sería posible que tuviera un bebé de Alastor...no lo permitiría
-aun acariciando con delicadeza su vientre-
—Por que, ¿Por qué tendría un bebé de el? No tiene lógica jeje
-intentaba mantener su mente alejada de sus pensamientos corrompidos-
—Aunque un bebé con orejitas jeje sería lindo, y si...si mi papá lo conociera lo amaría
-su sonrisa de fue borrando-
—A quien engaño, odio esto...+Charlie parecía una niña de 6 años, abrazo su almohada mientras lloraba amargamente, aunque ella había aceptado en el fondo sabía que era un abuso.
Esa pobre niña indefensa que quería comprender la situación, que quería saber que es lo que pasaba y si de alguna manera era malo. Por tanto llanto se quedó dormida para cuando Alastor volvió+—Princesa, lamento mucho tu sufrir, pero es por mi bien...
-se sentó junto a ella acariciando su cabello-
—Mi princesa...•
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•Perdón la tardanza pero hay nuevo capítulo, disfruten mucho ✨
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Alastor
FanficAlastor o mejor conocido como el Demonio de la Radio, vio en Charlie, hija de lucifer, la oportunidad de amar a la hija que nunca tuvo, por lo cual se ofrece todo su amor sin condiciones.