No dejes de sonreir

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Sola en mi habitación lloraba,
Una cuchilla sostenía.
A mí la muerte se acercaba,
Me dijo que hoy no es mi día.
-¿Cómo que no, muerte injusta?
Triste estoy todo el día,
¡Qué tanto me ahoga la angustia!
Y sí, todo el día sufría.
-No ahora, mas aun te queda,
Alegrar muchas sonrisas, sí,
Tu hora verdadera, espera.
Niña, no dejes de sonreir.

Poesía Donde viven las historias. Descúbrelo ahora