░⃟⃛🍎༘݊➮ 𝐋𝐮𝐜𝐢𝐟𝐞𝐫×𝐌𝐢𝐜𝐡𝐚𝐞𝐥

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ғʀᴇɴᴇᴛɪᴄ


No era algo propio de los angeles como tal llevar a cabo relaciones sexuales, aunque si era cierto que se reunían para poder liberar algo de frustración, nunca se llegaba al orgasmo o siquiera había algo más que fricción.

Claro, existían esas pequeñas excepciones que se ocultaban para no mostrar ese acto tan pecaminoso y lascivo, porque era propio de los asquerosos demonios, no de seres puros como ellos.

Una de esas excepciones eran los Serafines mayores.

Desde que Michael era joven se mostró bastante apegado a su hermano mayor Lucifer, lo seguía como cachorro perdido y trataba de imitarlo en ciertas cosas, pero todo empeoró apenas Dios desapareció.

El comportamiento de Michael pasó de un juego inocente a una obsesión enfermiza por su atención y aprobación (aunque puede ser que solo buscaba el reemplazo de su padre).

Lo seguía a todos lados, creaba y hacía cosas atroces pensando que así lograría que lo notara y así sus ojos dejarían de mirar a sus hermanos menores y solo lo verían a él. Ese punto de querer verlo orgulloso se empezó a desdibujar cuando Michael empezó a sentir excitación en cada pequeña interacción que tenían los dos, aunque no estaba seguro de que fuera lo mismo para Lucifer, sí era mucho para Michael.

Michael recuerda bien y vívidamente su primer beso con Lucifer. A pesar de que Michael aborrecía esas costumbres tan mundanas, para él fue tan especial que fue como la chispa que encendió la bomba.

En ese momento había vuelto de otra carnicería en el infierno, saltando feliz a los brazos de Lucifer que simplemente le acarició el cabello con su cariño fraternal, Michael lentamente se hundió aun más en los fuertes brazos del de cabellos blanquecinos, subiendo su mirada para ver la del más alto, acercándose lentamente y...

El solo recuerdo enciende a Michael.

Y luego de eso, Lucifer (por alguna razón) no tuvo tanto problema con volver a repetir ese suceso. Al principio fue algo incómodo, escuchar la insistencia del pelinegro que casi parecían suplicas lo volvían loco de mala manera, le llegaba hasta la coronilla tener que soportar su persistencia, por lo que accedió a un pequeño toque de labios ocasional, sin saber sus consecuencias.

Y de un pequeño beso pasó a abrazos más prolongados, hasta el punto donde para ellos frotarse entre si era técnicamente normal.

Aunque claro, todo oculto a Gabriel y Raphael, Lucifer odiaba la idea de verlos pelear, y si esos dos se llegasen a enterar de las atenciones especiales que le estaba dando a Michael, seguramente habría una guerra en el cielo y la mitad de la isla sería destruída. No es paranoico, solo realista.

︶꒷꒥꒷‧₊˚

Finalmente había llegado esa noche, aunque para Lucifer no era tanta emoción, nunca participó en eso ni piensa hacerlo, según él, siempre fue repugnante.

En ese preciso momento estaba en sus aposentos, orando en voz baja cuando sintió dos brazos relativamente esbeltos rodear su cuello desde atrás, sabiendo bien que se trataba de su hermano menor.

—¿Necesitas algo, Michael?– Preguntó mientras se soltaba del abrazo, poniéndose de pie para después sentarse en el borde de la cama.

Los ojos de Lucifer escanearon el cuerpo de Michael, era evidente su excitación, nunca fue bueno ocultandolo, aunque parecía que nunca lo hacía o simplemente no sabía como.

Michael casi estaba temblando, Lucifer no solía hablar mucho, y escuchar su voz que era tan dulce como miel con azúcar casi lo hace tener un orgasmo ahí mismo, su miembro tirando de sus pantalones blancos. Un pequeño gemido escapó de sus labios, mordiendo su mejilla interna.

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⏰ Última actualización: May 14 ⏰

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