My Boy Only Breaks His Favorite Toys

Hey Stephen

El camino a mi casa de regreso de la escuela es lo más aburrido del día, por suerte todavía no estamos en temporada de calor. En abril será una tortura caminar 10 minutos bajo el sol. La gente normal tomaría un autobús, pero después de haber vivido 17 años con mi mamá, uno se acostumbra a caminar largos trayectos para ahorrarse el pasaje. Ella es la persona más ahorrativa, por no llamarla coda, y ha criado a su clon, yo.

Lo único no tan malo de esto es que vengo acompañada de mi hermana y de su novio, esa es la peor parte, si no vengo escuchando música, puedo escucharlos platicar cosas tan comunes o escucharlos pelear, hablarse bonito, hay una variedad de cosas que pueden pasar.

-¿sabes qué hizo mamá para comer?- le pregunto a Briana en un momento de silencio en la plática de su novio y ella.

-No sé, pero espero que sí la tenga preparada ya porque tengo mucha hambre.

No tardamos mucho en llegar y sin siquiera haber entrado a la casa podíamos oler lo que había cocinado mi mamá. Chilaquiles, deliciosos y ricos chilaquiles. Mi comida favorita para siempre.

-Ya llegaron- anuncia mi mamá desde la cocina para ella misma.

Entró a la casa y lo primero que hago es dejar mi mochila en el piso junto a una repisa de libros, donde siempre la dejo. Vengo cansada y sedienta que lo segundo que hago es abrir el refrigerador y servirme un vaso de agua bien fría.

-¿Ya les sirvo de comer?- mi mamá se acerca a darme un beso en la mejilla mientras me sirvo mi vaso de agua.

-¡Siii!- decimos Briana y yo al unísono.

Cooper, el novio de mi hermana, siempre se queda a almorzar, así que mientras mi mamá nos sirve la comida, Briana le cuenta cómo le fue en la escuela. Desde pequeñas tenemos la misma rutina, llegar de la escuela y almorzar juntos mientras hablamos de nuestro día en la escuela. En las noches es lo mismo pero con mi papá, él llega del trabajo, nos cuenta cómo le fue y nosotras a él sobre nuestro día.

Los chilaquiles no decepcionan, son una delicia aunque le quedaron un poco picosos a mi mamá y Cooper no come mucho picante, está enchilado y apenas y pudo hablar durante el almuerzo porque tuvo que estar tomando agua todo el tiempo.

-¿A ti cómo te fue en la escuela, Emma?- mi hermana por fin dejó de hablar y es mi turno, realmente yo no soy tan expresiva como Briana, soy más de guardarme las cosas, pero nunca me quedo afuera de contar mi día.

-Bien, solo tuve dos clases igual que el viernes pasado, pero esta vez mis amigos no tenían dinero para ir a comer, ellos solo tuvieron una clase pero esperaron conmigo hasta que dio la hora de mi clase de matemáticas.

-¿Y cómo te ha ido en esa clase?- mi mamá es la única con comida en su plato todavía, los demás ya terminamos pero ahora ha empezado la sobremesa.

-Bien, en cuestión de aprender y saber de lo que va la clase, pero me pongo nerviosa siempre que tengo que participar, creo que es normal- tomo mi último trago de agua que hay en mi vaso- hoy no fue el chico que les conté- Ya sabía que no iría, los viernes la mayoría no tiene clases, hay algunos que no van solo por una clase, entre ellos, él- de hecho ayer me lo dijo, estaban como tres chicos juntos y uno de ellos me pregunto si yo iba los viernes, les dije que sí y me dijeron que les avisara que hacían en clase- a menos que me manden mensaje no se como les voy avisar porque no me sé el nombre de ninguno de ellos.

-Concéntrate en la escuela, Emma, ya después vendrán los chicos- sentencia mi madre y yo solo asiento mientras susurro un -lo sé- antes de levantarme de la mesa.

Lavo los trastes mientras Briana y Cooper recogen la mesa, después de eso los tres nos vamos a la sala a ver televisión.

Ellos dos eligen que ver porque a mi no me importa mucho, de hecho me quedo dormida a mitad de la película y decido subir a mi cuarto a descansar.

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-¡Despiértese, niñas!- Mi siesta de la tarde se fue de largo hasta el día siguiente- Vístanse para ir a ver a su abuelo, rápido ya son las 9.

Mi hermana y yo nos levantamos de la cama con todo el esfuerzo del mundo. Me meto a bañar yo primero que terminó más rápido que ella, pero tardó más arreglandome que ella, así estaremos listas a tiempo.

Después de eso, no tardamos mucho en llegar a casa de mi abuelo, al llegar desayunamos con él y como siempre que venimos a visitarlo, mi hermana y yo no hablamos mucho, los hombres son los únicos que opinan en esta casa, mi intención no es hacerlos sonar mal con esa frase, solo es la verdad.

Briana y yo estamos jugando a adivinar la canción, yo le pongo una canción de mi playlist que ella conoce pero no sabe cual es y debe de decir el nombre antes de que lo digan en la canción. Es algo tonto pero nos distrae, aparte siempre nos sentimos las más fangirl al adivinar las canciones.

Mientras estoy buscando que canción ponerle a mi hermana, una barra de notificación aparece en mi celular. Es un número que no tengo agregado.

Número desconocido

Hola soy Stephen

¿Fuiste ayer a la clase?

El nombre no me basto para saber quién era, entre al chat y revise su foto de perfil. Ni siquiera tuve que abrirla, desde la miniatura super que era él, el chico del examen.

Yo

Si

Stephen

¿Qué hicieron en clase?

Solo un problema de la página 13 del libro

Okey

Gracias:)

¿Qué se le contesta a eso? Supongo que nada. No abro el mensaje y solo sigo el juego con mi hermana.

Lo que resto del día, por momentos pensaba en el mensaje, no se si me ilusiono demasiado rápido, o sobre pienso tanto, pero en un momento uní recuerdos y cree una idea en mi cabeza que nadie me podría sacar de la cabeza.

Él quería hablarme.

El jueves cuando me preguntaron si iba a clases el viernes, uno de los chicos que estaba con él, uno de sus amigos, si fue ayer a la clase, eso quiere decir que pudo preguntarle a él o a cualquiera de sus amigos de clase, ¿porque me pregunto a mí? Tal vez está todo en mi cabeza, tal vez me gusta sentirme importante, tal vez me ilusiono rápido, o tal vez tengo la razón.