ODIO TU SONRISA

CAPITULO 26: Libres

Lo peor de un trabajo no es la paga, es trabajar.... Pero necesito la maldita plata, el dinero de Papyrus se acabó y ahora yo tengo que traer dinero a la casa.

Pero es divertido, todos piensan que por ser mujer, no tengo la misma fuerza que esos hombres altos y musculosos. Es tan gracioso cuando caen de rodillas después de un golpe en el estómago. Ser guardián de un bar y discotecas es sencillo

Pero mierda, los problemas en casa...

Sans ya no comienza las conversaciones de nuestras mañanas, es mucho más callado y si no está Shara prefiere ni dirigirme la palabra, pero claro, sabe que si me enojo me desquitare con el.

Shara me tiene miedo, dejo de ser malcriada y traviesa, pero también no es tan abierta conmigo. Ya no me cuenta sus problemas con sus amigas, como le fue en el colegio, ni siquiera me comentó del chico que le gusta...

Pero a Sans le cuenta todo......

¿Que hago?

No quiero obligar a mi hija a que me cuente sus secretos, pero es tan frustrante que no hable conmigo.

La noche se apodera en la ciudad, el sonido de mis pasos suenan en la calle. Ahí está la puerta de la casa, siempre dudo unos tres segundo antes de abrirlo.

-buenas noches- la luces apagadas de la sala y el ambiente tan solitario de la casa... Aunque no lo crean se volvió algo común, nadie espera que vuelva del trabajo.

Dejo mi pequeño bolso en el sillón mientras saco un botella de alcohol del refrigerador, es mi único escape de otra noche tan solitaria. Al ingresar a mi habitación no pude notar la presencia de Sans algo que es muy raro, siempre está en nuestra durmiendo. Mi dirección cambia dirigiéndome a la habitación de Shara  el cual, al abrir la puerta pude notar a Sans durmiendo alado de Shara y su libro de cuentos abierto en la cama.

Genial, ahora voy a dormir sola en mi propia cama. Cierro la puerta con delicadeza para que no se despierten, me dirijo a mi habitación, tumbando mi cuerpo en la cómoda cama matrimonial de la habitación. Los pequeños sorbos a la botella eran muy continuos, siempre terminaba una o dos botellas de cerveza en las noches.

-¿porque tan sola?- pregunta Asriel, apareciendo detras de la oscuridad

-¿Que mierda quieres Asriel?- pregunté con cansancio, no tenía ganas de ver a la cabra de mierda

-queria hacerte compañía, ya que Sans no lo hace- responde Asriel mientras se acerca y se sienta en la cama

-pues no quiero tu compañía.... Así que mejor vete- le tiré la botella a Asriel, pero el ni se inmuta, quedándose callado mientras me observaba fijamente

-¿Estas segura? Pareces una muerta viviente- responde Asriel mientras se acerca poco a poco mis labios

-solo estoy ebria...- observo fijamente a Asriel

Asriel en un movimiento rápido me besa, la acción fue tan repentina que no me dio tiempo de reaccionar. Su hocico olía horrible pero no se comparaba con el olor del alcohol que reemplazaba mi aliento.

¿Tal vez era el alcohol? ¿Tal vez era porque me sentía sola? No tengo ni la menor idea pero no detuve a Asriel y gracias a mi maldita suerte se prendió la luz de la habitación.

Ahí estaba, la figura de Sans observando la escena tan ilícita, su expresión no mostraba algún sentimiento... Solo se limitó a sonreír y volver a apagar la luz miéntras desaparecía en los pasillos de la casa, seguramente volvió a la habitación de Shara.

Mis pensamientos se nublaron y Asriel no ayudaba, en vez de detenerse comenzó a besar mi cuello y buscaba subir mi camisa.

Que mierda de situación, empujó a Asriel que su expresión demostraba enojo y frustración -¡Que pasa chara! ¿Porque me detienes?- dice Asriel