Jujutsu Kaisen X Tn Sukuna ♡

Capitulo 5

Las semanas pasaban y la convivencia de los menores mejoraba poco a poco, aunque Megumi siempre pusiera una barrera de hielo contra ella, no se rendía pues sabía que que persevera alcanza o bueno eso le dijo Satoru.

Ahora se encontraban los dos hechiceros adolescentes con los niños guiándonos por la residencia Sakuta. La castaña miraba todo con asombro todo cuadro que estaba estaba las paredes hasta el más mínimo detalle admiraba. Mientras que el azabache solo se sorprendió por el tamaño de la residencia de ahí lo demás le parecía irrelevante. 

— Atrás hay otro jardín y pues eso sería todo– terminaba el recorrido la sala de estar de la residencia.

— Esos niños así que tienen todo esto para jugar así que bye, bye– dijo Satoru sacando a los menores a fuerza de la sala. Antes de que el albinonlos sacará por completo la Sakuta mayor habló.

— Prohibido jugar en el ático Tn— advirtió a la menor que solo asiento, pues desde pequeñas le hacían saber que solo los del linaje sakuta podían entrar a esa habitación, aunque fueran desconocedores de lo que pasaría si esa regla se rompiera, preferían quedarse con la duda. 

— Juguemos a las escondidas– propuso Tsumiki.

– Sería muy difícil– dijo megumi

–para nosotros si pero para Tn que ya conoce toda la residencia, será más fácil– explicó con una sonrisa traviesa– así que Tn debe de buscarnos.

—Eso no es justo– se quejó, cruzando sus brazos indignada.

— Nosotros podríamos perdernos y hacer eterna la partida pero para ti será más fácil pues conoces bien tu casa.

— Sigue siendo injusto– susurro haciendo un puchero.

— La última vez fui yo y antes de mi fue Tsumiki, así que por ley ahora es tu turno– hablo megumi. La azabache la quedo viendo un tanto indecisa pero terminó cediendo.

— Okey pero no se pueden meterse a la habitación que da las escaleras – condiciona la niña pues decía hacerle caso a su prima.

— Bueno no se vale en esa habitación– aceptó– así que ahora ve a contar dentro de la casa nosotros nos escondernos. 

La oji rojizos se adentro a la sala para comenzar a contar, mientras los otros buscaban donde esconderse.

—Meguni donde nos escondemos– susurró la castaña al menor.

—Donde te esconderá tu no se pero será lejos de mí— dijo alejándose, la castaña estaba a punto de refutar pero— Siempre me descubren por tu culpa.

—No es justo— camino y inspeccionó el patio viendo donde esconderse.

—1 ... 2 Ahí voy– se oyó un grito a lo lejos de la menor.

—Juro no romper nada, perdón– se dijo mientras bajaba las escaleras que daban a una puerta.

— Tsumiki, Megumi donde están– decía buscando por el patio, pero en seco cuando cerca de esas escaleras escuchó una risilla muy conocida– Tsumiki– llamó bajando rápido.

La castaña al ver que la pelinegra bajaba las escaleras se adentro a la puerta, dividiendo una habitación con muy poca luz dividida por tres pasillos llenos de cosas raras.
 
La pelinegra al escuchar que gistro la puerta vieja se asustó y comenzó a bajar lo más rápido que pudo haciéndola tropezar con su kimono tradicional. Cayó al final de las escaleras quejándose de dolor se levantó y vio que su vestimenta se daño y sus rodillas estaban sangrando. No perdió el tiempo y fue en busca de la castaña.