Los trece *EN CORRECCIÓN*

Capitulo XIII

Ryan Rask

Abrazaba mis piernas en una esquina de mi habitación.

Unos minutos atrás había escuchado que alguien tocaba la puerta, fue un simple golpe, frío y seco, cuando salí a ver no había nadie, pero había escuchado otro golpe en la ventana.

Eso sumado al hecho que estaba lloviendo a tormentos era aún más tenebroso, al menos para mí lo era. Solo escuchaba las fuertes gotas caer, del resto solo veía mi habitación vacía y fría.

Estaba empezando a quedarme dormido cuando volví a escuchar un golpe en la ventana. Asomé la cabeza y por un momento me pareció ver a un niño lanzando piedras para luego salir corriendo.

Me puse de pie rápidamente y cuando volví a ver no había nada. Sentí unos brazos rodearme y solté un grito ahogado.

-¡¿Qué?! -grité pegándome a la pared.

Rachael se había asustado y había retrocedido.

-Ah, hola, ¿Estás bien? -volvio a acercarse, intentó tomar su rostro entre sus manos pero me alejé. -No quería asustarte, lo siento -dijo de último con la cabeza baja.

Me sentí un poco mal por su decepción. Yo tampoco quería hacer que se sintiera mal, solo era yo y mis miedos sin razón.

Me acerqué a ella con un poco de incomodidad por el mal rato. Esperé sin decir nada, no sabía por qué estaba aquí, y esperaba a que ella pudiera decirlo.

.°•••°.

Al final de mi conversación con Rachael decidí ir a a hablar con la señorita Borisov.

Fiala había salido luego comer en mi habitación. Ya era tarde.

Ahora volvía a estar vacía la habitación, por lo menos esa pequeña interacción había hecho que dejara de enfocarme en la lluvia. Seguía lloviendo, si, pero yo ya no le prestaba toda mi atención.

Estaba preparándome para salir. Mi plan era ir a buscar a la señorita con la carta en mano, así me ahorraba el hecho de tener que hablarle.
Era sencillo, lo que costaría sería encontrarla.

Decidí salir de una vez, si lo aplazaba más ya no lo haría. Preferí ir abajo de primero, era más fácil de buscar si conocía el área.

Fui de habitación en habitación, encontraba a algunos pero no eran mi objetivo. Si no estaba aquí la cosa se complicaría aún más.

Subiendo de nuevo al segundo piso recordé que no había tocado su puerta.

«Lo más importante...»

Pase de largo mi habitación, la suya estaba justo del lado izquierdo, era la segunda según fila, la mia era la primera. Vi la pequeña placa de bronce donde estaba escrito su nombre.

«Mila... Mila Borisov...»

Di un pequeño golpe y me quedé esperando. Estaba por irme luego de arrepentirme cuando alguien abrió. No sabía si era mejor o no que quien abriera no fuera Mila, aunque creo que sería un no cuando vi que era Falco.

Solo asomó la cabeza y, como siempre, tenía una mirada fría y sin sentimiento que al mismo tiempo era intimidante. Me quedé frente a él por unos segundos, no sabía que hacer o decir.