Adiós, leoncita.

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Perdí el numero de despedidas publicadas por aquí. Me hiciste sonreir de feliz, pícaro, y ahora me haces llorar, llorarte.
Lloraré sobre tus fotos al saber que ese corazón ha partido, ya no es mio.
No me corresponde, aunque aún es amor lo que mi corazón esconde.
Luchar solo queda y construir esperanza, jugar a este juego es dificil, ya que con vivir no alcanza.
No podré borrar ni ocultar los rastros de ti ni las huellas que dejaste en mi corazón, aprenderé a vivir a través del dolor.
Hay algunas veces en las que uno debe desprenderse de lo que más ama, para poder cumplir los sueños que le decía a la persona que se los contaba.

El diario de los malos díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora