𝓣wo 𝓟lanets 𝓞ne 𝓛ove. ★

᭸̶̄͟🍷 ׁ 𝆹 ׂ 𝓙uego de 𝓒artas ׅ ׂᄊ ֶָ ੭

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Otro día en el sistema solar, lugar de estrellas, planetas, agujeros negros, etc.
En este gran espacio se encontraba Tierra, siempre deslumbrada por los grandes misterios y estrellas que lo rodeaban a él y a sus compañeros, pero además de ser un gran observador de su propio entorno, también le gustaba jugar Cartas, algo que normalmente jugaba con Marte, pero en ese momento no se encontraba con el verde-azul, a sí que este mismo decidió ver sí es que Venus querría jugar con él, al menos, unas partidas hasta que el contrario se enoje.

─ ¡Oye Venus!, ¿querrías jugar conmigo?
Preguntó el planeta con vida para luego sacar cartas de su bolsa.

─ Está bién, sólo una partida y ya
Contestó el rojizo anaranjado para luego cruzar los brazos e dirigirse a la órbita de Tierra.

Ellos durarían un largo tiempo jugando, hasta que ya llevaban 5 - 0, obviamente siendo Venus el que no habría ganado ni una sola vez.
Continuaron una y otra vez olvidándose de que sólo iban a jugar una partida, hasta que por fin, después de un marcador de 9 - 0, Venus habría ganado una partida. Este se burló de su contrario como si llevara 1 y el 9.

─ Sip, ganaste Vee
Dijo el de colores verde-azules felicitando a su contrario, era lo mejor que podía hacer.

─ ¡En tu cara!
Contestó el planeta tóxico apuntándole en la cara al de color verde-azul.

Este sólo rodó los ojos para luego sonreírle a su contrario, este volvería a agarrar las cartas para luego juntarlas e repartirlas para volver a jugar, esta vez con un planeta de gran temperatura más confiado que antes.
El verde-azul repartió las cartas y comenzaron de nuevo, sin darse cuenta de que el satélite natural de Tierra y Marte estaban viendo todo desde lo lejos.

─ ¿Tú que creés? Tierra se hac-
Fue interrumpido por el satélite natural del verde-azul.

─ SHHHH, ¿puede callarte? Estoy tratando de escuchar, gracias
Contestó callando al planeta anaranjado.

Mientras tanto, los dos planetas seguían con lo que estaban haciendo, hasta que porfin se aburrieron y guardaron las cartas.

El planeta con vida guardó las cartas en su bolso para luego sacar una libreta junto a un lápiz e comenzó a ver las estrellas, ¿se había olvidado de que su contrario estaba ahí? Tal vez, o sí sabe pero quería ver que había de nuevo en su entorno.

─ Y... ¿Ahora qué hacés?
Preguntó el de tonos rojizos e anaranjados para que unos momentos después se pusiera al lado del verde-azul.

Este sólo vió al planeta con vida hacer bocetos o notas de lo que veía, estaba en verdad concentrado en lo que estaba haciendo.
El planeta tóxico pasó su mano en el hombro del verde-azul sin haberlo notado, para que luego este mismo le tomara atención a lo que hacía.

─ ¿Qué haces?
Preguntó sonriendo al planeta tóxico que estaba avergonzado e sonrojado por aquel inconveniente.

El de colores verde-azules guardó su libreta y lápiz para luego agarrar la mano del planeta tóxico e ponerlo en su cintura, el rojizo anaranjado estaba incómodo por tal acción del contrario, mientras que este sólo lo tomaba normal.

─ Sabías... Las estrellas son cómo motores de energía cósmica que producen calor, o luz... ¡Ja!, por éso me recuerdan un poco a tí..
Dijo el de color verde-azul mientras contemplaba su entorno oscuro pero brillante.

─ ¿Porqué te recuerdan a mí?

─ Pues.. Tú brillas... En tu forma claro, eso me gusta de tí, y que además, también son fuentes de gran calor..!
Contestó el planeta con vida junto a una sonrisa que iba desapareciendo mientas hablaba ─. ¿Sabés? Nunca le he hablado a alguien de las estrellas, además de a mi Luna, claro..

El rojizo anaranjado se quedó en silencio, pues procesaba lo que le habían dicho, pues era la primera cosa bonita que Tierra le había dicho, sinceramente.
El verde-azul pensó que había incomodado a su contrario con lo que le había dicho.

─ Bueno... Gracias..? Y, pues.. Respeto tu gusto hacía las estrellas, yo también creo que son hermosas.. Cómo tú...
Contestó el planeta tóxico para que luego este se pusiera su capucha ocultando su cara.

El verde-azul rió por la actitud de su contrario, le daba risa y ternura que el mismísimo Venus lo haya dicho, y para que este no se sintiera así, para despedirse de él sólo le dió un beso en la mejilla para luego irse e seguir investigando de las estrellas.

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