Gyuvin se sentía raro, nunca había sentido algo así antes, sentía una sensación muy fuerte cada que estaba con Ricky, el rubio lo irritaba, pero no le molestaba que lo hiciera.
Mientras más estaba con el, más fuertes eran los sentimientos que el rubio le provocaba, se sentía enfermo, como si de la nada le diera gripa.
Tal vez era alérgico a Ricky, o a todos los químicos que su cabello tenía de tanto teñirse.
—Gyuviiin— y aquí estaba la molestia andante otra vez.
—Hola Ricky
—gyu, ¿te uniste a algún club?—Oh sí ahora lo llamaba "gyu" un apodo bonito que le causaba más síntomas de querer vomitar.
Después de un silencio incómodo el castaño solo respondió un pequeño sí casi inaudible.
—huh..¿A cuál?
—hmm siempre he estado en el club de danza, es algo que disfruto, supongo.
—Oh ya veo, yo estoy pensando meterme al de básquet.
—Meh es aburrido, además no creo que estés a la altura
—¿QUÉ? Ni siquiera me has visto jugar, soy mejor que todos los de aquí te lo aseguro, más bien yo no creo que seas bueno bailando, de verdad El Kim Gyuvin que conozco¿¿baila??
—Tal vez no me conoces—dijo eso con una voz tan tranquila y sin pensarlo mucho, con una sonrisa burlona y recargado en su silla.
El corazón de Ricky se saltó un latido.
Gyuvin era genial.
Había algo que no sabía de él, sabía que había un secreto, algo que quería saber.
—¿Y, entonces? Me vas a ir a ver jugar— Ricky se levantó y le tendió la mano, ellos estaban encerrados en su salón, se había vuelto una especie de hábito pasar el recreo juntos en el salón.
Gyuvin se mostró escéptico acerca de tomar su mano, algo en ella le hacía parecer comprometedora, como si estuviera aceptando algo.
Algo que no se habló, pero que ambos sabían.
Pero lo hizo, Ricky le sonrió. Esa sonrisa hizo sus piernas débiles.
Lo siguiente que paso fue que recorrieron toda la escuela corriendo tomados de las manos hasta llegar a las canchas, en donde Ricky pidió el balón y jugo junto a Keita y Junghyeon.
Gyuvin se sentó en las gradas y sonrió mientras veía a Ricky jugar.
Una figura conocida se le acercó,
—¿Gyuvin? ¿Qué haces aquí? Pensé que odiabas las canchas.
Era Zhang Hao uno de sus amigos cercanos.
—Hola Hao, vine a ver a un....amigo.
La palabra era incorrecta, no eran amigos, a lo mejor compañeros, pero entonces, ¿Por qué se había sentado a verlo?
—GYUVIN!—Ricky le gritó desde el otro lado de la cancha, —Esta va para ti— El rubio hizo un clavado.
El tiempo se detuvo, un sonrojó se hizo evitando sobre su cara, ¿Qué tontería acababa de decir?
—Amigo, sí.—Zhang Hao lo dijo de manera irónica.
—¿No crees que te estás enamorando?
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