Parte 5

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Un nuevo día llena de energía y ganas de trabajar, me alegro lo mejor posible ya que la primera imagen es la que cuenta, salgo a tomar desayuno al terminar encuentro una ruta que me deja a una cuadra de la empresa, no puedo darme el lujo de gastar en taxi todos los días, Estela la recepcionista me saluda de manera cordial y al llegar a mi piso correspondiente voy a tocar la misma puerta de la vez anterior pero esta vez segura de cumplir cabalmente con mi trabajo, aunque no sé cómo será trabajar para alguien como el Sr Montenegro, su mirada penetrante, la manera como me observaba fue una sensación extraña y ni hablar de su tono de voz tan masculino y marcado, no sé pero el me pone nerviosa.

Dejo atrás mis pensamientos y me concentro en dar lo mejor de mi en esta empresa, ahora sí dispuesta a tocar la puerta , está se abre sorpresivamente haciéndome tambalear del susto, justo allí sentí unos brazos sujetarme con fuerza, nuestras miradas se cruzaron , aunque fueron unos segundos sentí como el mundo se detuvo, sus ojos no dejaban de mirar mis ojos, sentí que mis piernas se debilitaron cuando de manera natural sonrió dándome la bienvenida, por reflejo me solté de su agarre disculpándome por mi torpeza.

Por otro lado Héctor

Estoy impaciente no lo voy a negar, primera vez en mi vida espero con ansias a una mujer, me gusta y mucho, pero eso no hará que cambie de opinión con respecto a las mujeres, para mí solo será una distracción, un pasatiempo, un escape de tanto trabajo, no por tener un rostro angelical va a conquistar mi corazón , eso nunca pasará.

Me levanto con la intención de ver si ya está en su puesto de trabajo pero cuando abro la puerta me la encuentro frente a mi, veo que se asustó porque perdí el equilibrio y por instinto la sostengo entre mis brazos, allí, estática, inmóvil, parece asustada, pero no me importa, sentirla cerca de mi, sentir su aroma dulce me está matando, trato de calmarla dándole la bienvenida formalmente como mi secretaria, ella se suelta de mi agarre y se disculpa, para suavizar el ambiente la coloco en su puesto de trabajo , brevemente le explico sus funciones en la empresa, le doy algunas asignaciones que necesito para el día, y ya su labor de entretenerme se lo haré saber más adelante.

- Srta Villegas veo que no tendremos ningún inconveniente con su hora de llegada ya que es muy puntual, pero quiero decirle que cuando estemos a solas llámeme por mi nombre, me hace sentir muy viejo y apenas le llevo a usted solo ocho años.

- Si Sr Hector, lo siento como usted diga, si no necesita más que decirme me gustaría comenzar mis labores, cualquier cosa estoy a su orden.

- Al terminar de instalarse necesito que se dirija al departamento de textiles, realice un informe detallado sobre las telas que llegaron de Europa. También una lista de los proveedores de Argentina.

- Disculpe Sr Héctor, ¿Dónde se encuentra el departamento de textiles?

- No tienes porqué disculparte Ana, la culpa es mía, olvide que es tu primer día, el departamento queda en el cuarto piso, allí localiza a la Señora Gertrudis ella es la encargada y te dará toda la información que necesitas.

- Gracias.- Sonríe antes de irse.

Me retiro a mi despacho pensativo, no estoy acostumbrado a que me agradezcan por dar simples indicaciones, pero se siente bien. Debo estar atento a cada uno de sus movimientos, no puedo abordarla ahora porque podría asustarse , tengo que primero conocerla, saber las cosas que le gustan, cómo piensa, quiero ver si es igual que todas las demás, una zorra interesada por mi dinero, tendré que buscar  la manera de llevarla a mi cama sin que se resista, muy pronto te tendré metida entre mis sábanas o me dejó de llamar Héctor Montenegro.

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