CAPITULO 12

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⚜️❤️⚜️

Bangchan se sentó a la mesa donde el general tenía servido el desayuno y se llenó una taza de té con la intención de esperar y abordar a su amigo. El arroz glutinoso y la fruta tenían un aspecto particularmente sabroso aquella mañana, pero quizás era sólo porque iba a disfrutar de la oportunidad que se le presentaba de bromear con Jungkook sobre su nueva adquisición.

El capitán Seo Changbin le había informado de la visita de Jungkook a la princesa Jimin por la noche, quizás sin darse cuenta de que había sido un encuentro clandestino. Jungkook no había hecho encender su farol, así que a lo mejor no había ido a deleitarse con su cuerpo.

Quizás la princesa le había confesado algún complot.

Cuando Jungkook no apareció a desayunar, Bangchan supo que su amigo continuaba evitándole y decidió que tenía que encontrarse con él en un lugar donde no pudiera escapar. Sabía dónde podía estar, así que ordenó que ensillaran su caballo.

Una vez fuera de los límites de la ciudad, pudo distinguir a Jungkook en la distancia, en la cima de su colina favorita. Claramente, no estaba herido, pero daba zancadas de una manera que manifestaba una profunda confusión. Como sería difícil sorprender a un guerrero como Jungkook, Bangchan ni siquiera lo intentó. Se dirigió directamente a la colina y saludó a su amigo.

-Buenos días, Jungkook.

-Bangchan. No tendrías que haber venido -soltó Jungkook .

-Si no yo, ¿entonces quién? -Bangchan descabalgó y ató las riendas del caballo al árbol más cercano-. Vamos, Jungkook. Parece como si por la noche te hubieran estado torturando en lugar de disfrutar de los encantos de la más bella criatura que posees.

-Mi caballo es hermoso, sin duda -dijo Jungkook al tiempo que le daba unos
golpecitos en el cuello a su montura, quizás como excusa para volver el rostro.

-No hablaba de tu caballo -dijo Bangchan con severidad-. Esperaba que estuvieras contento, satisfecho, triunfante o excitado después de acostarte con la princesa. En lugar de eso acudes a su lado en secreto y ahora estás solo y deprimido en lo alto de la colina. ¿Qué ha pasado?

-Nada. -Jungkook, nervioso, empezó a andar de un lado a otro.

-¿Te rechazó?

-No puede hacerlo. Es una concubina. Su deber es obedecer.

-¿No era pura cuando acudiste a ella por primera vez?

-Intacta -contestó Jungkook secamente.

-¿Entonces qué pasó? ¿Es estúpida, o corrupta, o repugnante, o deforme...?

-¡No oses decir nada de eso de él! -rugió Jungkook , y se interrumpió, estupefacto y consternado por haberse traicionado tan fácilmente. -Quiero decir, "ella".

-Quieres decir "él" -corrigió Bangchan con calma.

-No me digas que sabías... que sabías... que la princesa es un... un...

-Hombre. Sí, lo sospeché desde el principio.

Jungkook se sentó de golpeen el suelo. Con voz herida le preguntó: -¿Por qué no me lo dijiste? Eres mi amigo. ¿Por qué no me avisaste?

Bangchan se sentó a su lado.

-No podía. ¿Y si estaba equivocado? Podías haber matado a la desafortunada muchacha, si es que era una muchacha. ¿Y todo por una simple sospecha? No podía hacerlo.

Jungkook sacudió la cabeza.

-No lo entiendo. No entiendo nada. ¿Por qué iba yo, después de todas las mujeres con las que he estado, a sentirme ahora atraído por alguien de mi mismo sexo?

THE LAST CONCUBINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora