6

23 6 46
                                    


Qué se supone que había sido todo eso...

Apenas si había registrado los pasos del joven alfa cuando salia por la puerta. Mientras portaba una gustosa sonrisa como quien hubiese ganado una discusión.

El choque de la madera me hizo brincar en mi lugar. Agarrando con fuerza mi camisa por sobre mi pecho.

Alfa

Estoy seguro que lo habia escuchado, pero ¿De dónde venía aquella voz?. Mi corazón parecía querer salirse de mi pecho y por más que respirara profundo simplemente no volvía a la normalidad. Tarde una media hora en tranquilizarme lo suficiente para salir de aquella habitación y conducir hasta mi casa.

Allí sobre mi cama, di vueltas como un trompo hasta que el sueño simplemente venció la desastrosa cantidad de pensamientos que cruzaban por mi cabeza.

Al día siguiente todavía me sentía nervioso. La sorpresiva llamada de Yoongi no había hecho más que despertarme y devolverme a esa realidad. Intente dormir de nuevo pero me fue imposible por la angustia. Así que procuré llegar más temprano de lo acostumbrado a la clínica. Siendo medio día, casi que corrí a la cafetería donde un pelinegro deslizaba sus dedos sobre la pantalla de su celular, a la par que comía un sándwich.

— Ya te dije que no deberías comer mientras ves vídeos — regañe, sintiéndome algo reconfortado por la cotidianidad de mi reclamo.

— Ya te dije que es muy aburrido comer en silencio — Debatió.

— Bueno, ya estoy aquí para llenar tu ambiente de ruido, suelta eso —

— Esta bien. Por cierto, ¿Qué haces aquí? No me avisaste que vendrías —

— Yo solo... Bueno... —

Rápido Hoseok piensa en una excusa.

— ¿Recuerdas ese paciente Omega que te comenté? El adorable chico de cabello rosa y aroma a algodón de azúcar —

— Mmm claro... Si, ¿Cómo no? Hablas mucho de él... Por eso claro que me acuerdo. Además, esta mañana hablamos de que pasaría a consultarse conmigo la próxima semana

En otro momento habría notado su claro nerviosismo y el rubor que surco sus mejillas al responder, pero en mi mente lo único que circulaba era buscar una tapadera lo suficientemente creíble para no quedar expuesto ante los ojos del mayor.

— Si si... de quien hablamos esta mañana. Solo venía a decirte que tengas extremo cuidado con el. Es muy tímido, le cuesta verbalizar sus dudas. En gran medida porque le avergüenza. No fue hasta su tercera sesión que empece a sentirle más cómodo con mi presencia. Así que procura no intimidarlo — dije acusadoramente.

— ¿Qué? Claro que no. Han pasado muchos años desde que me pasó algo así. Y sabes que no fue mi intensión, tan solo era nuevo y los nervios me jugaron mal — destacó a la defensiva mientras fruncía el ceño.

Sin poder evitarlo reí ante la seriedad con la que respondió. Me había olvidado que eso de hecho si había pasado. Durante sus primeras semanas el alfa simplemente no sabía como relajar su ceño y hablar de forma suave. Por lo que más de un Omega termino abandonado las consultas o pidió que le pasarán con otro especialista.

— Tienes razón, disculpa mi comentario — respondí tratando de contener la risa que burbujeaba en mis mejillas.

El pelinegro me miró molesto pero desistió al poco tiempo. Contándome de buenas a primeras como Nam andaba babeando por el doctor Kim aunque insistiera en negarlo. Pese a que no lo conocía en persona, los rumores de que el nuevo doctor que se paseaba por los pasillos de obstetricia era una hermosura, habían llegado a mis oídos de parte de todos lados.

¿Qué se siente?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora