¿Qué se siente?

7

Trate de no fijar la mirada en la tentadora piel que se me mostraba, desviando la mirada hacia un lado. Sin embargo, mis traicioneros ojos aún podían vislumbrar de reojo como el menor exponía avergonzado su cuerpo.

— Omega... yo..o... Ya comprendí tu inquitud... — aclare mi garganta — Puedes... — con mis manos y aún mirándole de reojo hice un movimiento repetido hacia abajo, logrando que el menor bajara la prenda lentamente con una expresión confundida.

— ¿Hice algo malo? — Preguntó desbordando inocencia por cada poro.

— No, Jimin, claro que no — Recalque con paciencia — Sin embargo, en una futura ocasión con que señales la zona es suficiente. Ya luego... si hace falta examinarte yo te avisare cuando debes dejar tu piel al descubierto —

— Oh, eso... entiendo — El rosto del menor se iluminó con un vibrante tono rojo que se extendió hasta sus orejas; su mirada posaba en sus manos con las que jugaba distraídamente en su regazo.

— Bie..n aclarado eso, acompáñame por favor —En absoluto silencio el menor se levantó y me siguió hasta el fondo de la habitación, donde la cortina ocultaba la camilla, algunos muebles con medicamentos y la puerta con la que se accedía al baño.

— Siéntate por favor — Le indiqué mientras bajaba la camilla lo suficiente para que pudiera subirse cómodamente.

— Ahora si, puedes retirar tu suéter — El menor así lo hizo, logrando que mi mente divagara hacia donde no debía. Diablos, esto estaba tan jodidamente mal. En todo este tiempo nunca me paré a pensar sobre la edad del omega. Jimin apenas si alcanzaba la mayoría de edad, es asqueroso que reaccionara de esta manera...

Pero lo hacía

— Bien, antes de que te recuestes, ten esto — comenté pasándole un pequeño control, con apenas un enorme botón rojo.

— ¿Qué es? — preguntó curioso.

— Es un dispositivo de emergencia, si en algún momento te sientes atacado por mi, presiónalo con fuerza y se activará una señal en el puesto de enfermeras. Alguien vendrá a supervisar la situación de inmediato. ¿Entendido? — respondí de forma rutinaria.

— ¿Mmmm a los alfas también les dan uno? — dijo a la par de que se recostaba.

— La verdad es que no... entiendo que es un poco injusto ya que cualquiera puede ser víctima de abuso, pero así son las normas —

— ¿Y que pasa con ustedes? ¿Qué si un paciente intenta algo en su contra? — Cuestionó con intriga.

— En ese caso tenemos esta pulsera — respondí mientras se la mostraba — En caso de alguna emergencia de cualquier índole solo debemos presionar este botón y alguien de la estación de enfermeras acudirá al llamado —

— Waoo, no sabía que existían tantas precauciones —

— Todo sea para garantizar la integridad tanto de los médicos como de los pacientes — dije a lo que él sonrió hermosamente — Bueno omega, necesito que levantes uno de tus brazos para poder examinarte — indique mientras me desinfectaba las manos, antes de colocarme los guantes. Posteriormente ayude al pelirosa a colocar el brazo en la posición correcta, bien extendido al lado de su cabeza.

— Así esta perfecto, voy a empezar a palpar tu pecho, ¿Estas listo? — Pregunté, mirándole a los ojos; a lo que él, algo nervioso, solo asintió.

Mis manos temblaban de forma casi imperceptible, había logrado ignorar el pecho descubierto del menor durante largo rato, pero ahora era simplemente imposible no fijar mi mirada en los abultados pezones. Respire profundo, y traté de concentrarme, era un profesional después de todo. Controlando mi mente hice el procedimiento de rutina, buscando ser delicado mientras tanteaba la zona, la tensión en el ambiente podía cortarse con un cuchillo; hasta que el menor no pudo evitar reír cuando tantee su axila, logrando con su risa mal disimulada que todo se relajara.