Capítulo II

307 25 1
                                    

Tierra firme

Empiezo a buscar desesperadamente más adherencia en las rocas debajo de mis brazos, siento como la tela de la camisa que tengo puesta pesa demasiado, como si el agua le hubiera sumado más del doble de su peso, mis piernas se tambalean de un lado al otro en medio de mi desesperación. Joder, de verdad voy a morir, y ni siquiera pude poner un pie en la ciudadela del cuadrante.

Carajo, Thaís. Concentrate, no te desesperes, respira, cálmate.

Una risa suena en todo el lugar y miro hacia la fuente de ese horrible ruido.

El jodido Jack Barlow se está riendo mientras camina hacia mí. Intento calmarme y respirar, no prestarle atención a su claro intento de distraerme para así hacerme caer.

– Mirate, acabas de salvarle la vida a un Lastre que yo de todas formas terminaré matando.- Se carcajea tan fuerte que estoy segura de que se puede escucharse hasta el final del parapeto.-  Vas a morir y voy a disfrutar ser quien vea tu expresión cuando caigas. - Vuelve a reírse y eso es lo que necesito para recuperarme.

Respiro hondo, tan hondo que siento como se me clava la piedra pegada a mis costillas debido a mi propia fuerza, a la fuerza que estoy ejerciendo para no caer y ver que tan frío está el río de allá abajo. Hundo más mis uñas en la piedra y balanceo mis piernas para tomar impulso y poner una en la piedra  humeda del parapeto. Las mangas de la camisa se deliza por el el movimiento que estoy haciendo, dejando mis brazos expuestos.

Bien, vamos Thaís, ya lo tienes, ya pudiste.

Cuando siento que ya tengo el suficiente agarre subo la otra pierna y siseo cuando pongo mi pecho sobre mis brazos, haciendo que la piedra debajo de ellos se entierre más haciéndome daño pero sigo todavía con las uñas aferradas a la piedra. Me permito tomar un poco de aire antes de levantarme, impulsandome con los brazos juntos, primero levantando el pecho y poniendo una pierna flexionada frente a la otra y cuando por fin me levanto completamente, extendiendo mis brazos a los lados para tener más equilibrio, tambalenadome un poco en el proceso, pero parándome derecha al fin.

Mis brazos arden, mis piernas duelen por el esfuerzo que hice para poder impulsar todo mi peso hacia el parapeto y mi respiración es un desastre pero por lo menos no estoy muerta. Estoy bien, entera, sin heridas profundas o huesos rotos.

Me volteo para ver a Barlowe que ahora esta a pocos metros de mi y le sonrío, con toda la cara mojada y el cabello pegándose en mi cara y cuello.

– Veremos quién mata a quien, Bastardo de mierda. - Me giró y doy pasos grandes y largos casi que corriendo sobre esta maldita pierda húmeda. Puedo ver a la chica Sorrengail casi llegando al Torreón y suspiro aliviada.

– ¡TÚ!, ¡TE MATERE!. - No me hace falta mirarlo para saber que esta más que cabreado.

Vamos, falta poco, falta poco.

Podría pelear con ese Psicópata después, en tierra firme, aquí no, ninguno de los tenemos ventaja.

Pesa el doble que tu, carajo.

Bueno, tal vez alguien si tenía ventaja.

Camino, camino y camino. Sintiendo la caliente furia de Jack detrás de mi pisándome los talones. Cuando las paredes del Torreón se empiezan a levantar a mis lados me permito correr de verdad a la entra de lo que será el Cuadrante de Jinetes, puedo ver a ver a Violet justo al fondo casi pisando el Cuadrante.

Pero junto antes de que siquiera pueda poner una de mis botas mojadas un poco más cerca del cuadrante alguien me empuja hacia atrás con tanta fuerza que siento como casi salgo volando, pero empujo mi cuerpo hacia adelante para no caerme.

Strength - Alas De Sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora