1

12 1 0
                                    


- ¿Todo en orden? – Preguntaba Agust observando el barco de mercancía frente a ellos. – No debe faltar nada, mañana tenemos la reunión y debe ser impecable –

- Claro que no, he revisado todo personalmente – Responde Hoseok.

- Bien, ordena que salga – Dice Agust.

Hoseok asiente y ordena a través de los radios la partida del barco.

Para muchos será un simple barco con trajes de diseñador, pero para nosotros, son un fajo de billetes flotando hasta América, donde nuestros socios sabrán multiplicarlo en más ganancias para todos.

Es algo satisfactorio ver cómo todo sigue su curso. Tener el gobierno, la policía, el poder, casi todo Seúl a tu merced, es una de las sensaciones que mayor felicidad me provocan.

El capitalismo es un estilo de vida, como aquella pelusa en tu saco que no logra ser desprendida por completo. Podrás quejarte y maldecirla, pero siempre permanece presente. Solo aquellos que saben utilizar esto a su favor (como un servidor), tienen el éxito y respeto adecuado.

Como líder de la provincia de Gyeongsang – 경상도, me encargo de que todo el mercado sea controlado y que la carga llegue al destino en los tiempos acordados y con las cantidades adecuadas. Es complicado, pero una vez inicias, la ola se vuelve más ligera.

Y qué fácil es con un buen compañero como Hoseok. Creciendo juntos y atendiendo los negocios en total confianza. Puedo confiarle mi vida y sé que sabrá manejar cualquier situación a nuestro favor.

Una vez doy las últimas órdenes, dejo que cada persona parta a sus hogares... mañana tienen trabajo en la comisaría.

Miro a Hoseok mientras nos dirigimos al coche, ambos tenemos una sonrisa burlona presente.

Trabajo... claro, todos tienen su propia vida fuera de esto.

Y es siendo el cordero de la sociedad.

O bueno, al menos eso es lo que nos hemos encargado de mostrar.

No somos los típicos narcotraficantes que visten ropa de moda y viajan en yates. No. Somos lo que la sociedad llama "justos".

¿Justos para quién?

Para quien pague mejor claramente.

Por un lado soy Agust líder del principal mercado narcotraficante de Corea, encargado de la provincia de Gyeongsang – 경상도... y por otro soy Yoongi, jefe de la comisaría de Seoul.

Un tono gris me puede definir mejor.

A la mañana siguiente el despertador es lo primero que escucho. Over the orizon es una melodía que me alegra escuchar, empiezo el día de buen humor gracias a ello. Y créanme cuando les digo que es mejor despertar felices, porque al menos en mi caso, una mala mañana implica que el árbol pierda unas cuantas hojas débiles... ustedes entienden.

Y si no, analicen la metáfora, tengo cosas más importantes que hacer.

- ¿Está todo en orden dentro Hoseok? – Llamo a Hoseok como cada mañana, y recibo la misma respuesta que me encanta escuchar - Como siempre en orden Agu... Yoongi –

Escucho como ríe tras el teléfono, sinceramente no es problema que me llame con mi otro nombre, puesto que nadie puede delatarnos, pero es divertido ver cómo se da la situación.

- Llego en 30 minutos, dile a Nam que debemos hablar sobre los "asuntos". Estos infelices me acaban de informar la llegada de una mercancía especial – Digo esto con cierta molesta.

Are you ready?Where stories live. Discover now