Mientras pensamientos así daban de vueltas y vueltas por mi cabeza, un despistado pisó mi pierna izquierda, la cual habría estirado un poco antes de sufrir un calambre. Cabe destacar que no fue del todo su culpa, yo seguía obstruyendo el paso en una acera pública.
Su cuerpo delgado, pero con una ancha espalda, dio un leve brinco al contacto con mi pierna. De inmediato se inclinó hacia mí. Sonreí internamente al ver de quien se trataba. – Lo lamento, enserio, fue mi culpa ¿estás bien?, ¿Te duele algo? – Cuando Shawn vio mi rostro, el suyo reflejó alivio, pero a la vez culpa.
-Estoy bien, Shawn. – Fue lo único que pude decir. Al menos físicamente, lo estaba.- ¿Puedes ayudarme a levantar a este cuerpo viejo y cansado? – Ambos reímos, me extendió una mano, gustosa la acepté y me levanté.
Miró extrañado mis ojos. – A ver, ¿qué tienes?
-Nada.
-A mí no me engañas, Caroline, tienes los ojos aguados. ¿Pasó algo con Tyler?, ¿Acaso fue Lloyd?
Di un suspiro ahogado. – Por primera vez, no fue ninguno de ellos dos.
-¿Entonces? – En su rostro se formó un signo de interrogación, literal.
-Zared Mathers.
-¿Él y tú...?
-Fuimos novios, o, algo así. Intentamos ser novios, ¿somos novios?
Shawn escuchaba atento mi confusión. Cuando al fin terminé, alcanzó a decir. – Vamos a tu lugar favorito en el mundo, ¿Te parece? – Era obvio que se refería, a la biblioteca o, a mi lugar secreto.
-¿A dónde?
-A la biblioteca, pues.
El camino a ''mi lugar favorito en el mundo'' fue normal, íbamos charlando sobre cosas normales, se podría decir que hasta disfuncionales.
Una vez en la biblioteca, Shawn esperó sentado en la entrada – cómo siempre ya que tantas palabras escritas lo aturdían. – mientras yo exploraba como niña pequeña cada uno de los rincones de aquel tan maravilloso lugar.
Llegué a la estantería donde estaba uno de mis libros favoritos, Romeo y Julieta. Cursi, fatal, pero me encantaba. Por desgracia, alguien lo había puesto hasta arriba, aunque intenté bajarlo parada de puntillas, por mi baja estatura fue inútil. Comencé a perder el equilibrio, hasta que mis posaderas se hallaron contra el frío suelo. Un chico alto, vestido de negro, en vez de ayudar, saltó mi cuerpo como vil obstáculo para pasar al otro lado. Salió del lugar a paso firme, sin voltear hacia atrás.
Sentí una mano sobre mi hombro, seguido de un ''¿cómo terminaste así?'' y una risa. Después de quedarme sentada en el suelo alrededor de diez minutos, Shawn me ayudó a levantarme.
Como se había hecho habitual, mi tarde fue de lo más aburrida. No salía con Elizabeth, estaba enojada, aunque ella no tenía la culpa de nada. Prefería no ir a su casa dónde estaba su hermano.
El problema de que te guste el hermano mayor de tu mejor amiga es que cuando las cosas se estropean no quieres verlo nunca más, y, cómo es obvio, viven bajo el mismo techo. Muchas veces tu amiga te odia, si eres tú quién estropeó todo; otras se siente demasiado culpable por las acciones de su hermano que no tiene cara para verte.
¿Quién tenía la culpa?, ¿él por salir con dos chicas a la vez o yo por usarlo como clavo?, Tal vez ¿ambos?
Es curioso, después de aquél beso creí que McCoy había quedado borrado, pero, al día siguiente, cuando vi a Zared con la castaña bajita hueca, Tyler volvió a mi cabeza.
Eso es común, ¿no?, intentas dar todo por dejar ser feliz a una persona que no te corresponde, das todo por ser feliz con alguien más y es cuando la gran verdad sale a la luz. Por eso prefiero estar soltera.
Por mucho tiempo llegue a pensar que estar sola era mi destino, pero no fue hasta después de nueve caídas que cambié de parecer, aunque sigo con la idea de que nací sola y de la misma manera moriré. No me molesta la soledad y mucho menos le temo, es una de las maravillas de la vida, poder estar solo. Y sí, sé que hay miles de millones de millones de personas en este planeta, jamás estaremos solos aunque por momentos nos llegamos a sentir así. Yo no hablo de la soledad cuando no hay nadie a 15 kilómetros a la redonda, más bien de la soledad cuando no hay nadie que te diga ''te quiero'', ''te extraño'' o ''te necesito''. Muchas personas pensamos que no tenemos a nadie que nos diga eso, debemos de abrir bien los ojos y no dejarnos cegar por la tristeza o ansiedad de tener alguien que amar, una pareja. Los seres humanos no necesitamos una pareja, biológicamente nuestro deber sería únicamente nacer; crecer; reproducirnos y por último: morir. Conforme han pasado los siglos y la sociedad se fue modernizando se creó aquella palabra tan pura, pero mentirosa a la vez: amor. El amor no es más que reacciones en nuestro cerebro ya que sin el ''amor'' no podríamos reproducirnos y nos extinguiríamos. Así es, estoy queriendo decir que el amor sólo sirve para que los seres humanos sigamos siendo una plaga para las especies vecinas.
Llegué a todas estas conclusiones después de nueve caídas en el ''amor'', pero eso no quiere decir que no llegué a sentir el amor, esas reacciones químicas son maravillosas, te hacen creer que todo es color rosa y todos son buenos en este mundo. El problema viene cuando las reacciones terminan y te das cuenta que hay muchos más colores en la vida y que también hay personas malas en el mundo.
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Without me.
Random**Prólogo.** ¿En la vida aprendes a patear o eres pateado? ¿La vida se trata de vivir a beneficio del otro? ¿Por qué hay personas que sólo esperan que caigas para pisotearte? ¿Realmente tenemos que vivir para complacer a los demás o a quién debemos...