Capitulo 13

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Ashley

Historia detrás de la carta

Me encontraba en la oficina de mi padre revisando algunos documentos que me había pedido recoger.

Tomé un portafolio negro que encontré en el cajón derecho del escritorio, cuando comencé a oír pasos. Fruncí el ceño, pensando que era mi padre, pero poco después se oyeron varias voces susurrando entre sí.

—Cállate —dijo una voz desconocida—. ¿Qué sabes? —volvió a preguntar la misma voz.

Cuando estuvieron cerca de la puerta, corrí hacia la biblioteca y me escondí, dejando la puerta entreabierta para observar quiénes eran.

Lo que vi me heló la sangre: Blanze, Adrián, Jade y Gercia tenían a Strid agarrada por el cabello y la arrastraban mientras ella suplicaba que la soltaran.

—Suéltame... por favor —suplicó Strid, intentando liberarse de la mano de Blanze que la sujetaba con fuerza.

—Cállate, esto no es nada personal. Pero Strid, dime cómo diablos te enteraste —exigió Jade, propinándole una bofetada a Strid para que hablara.

—Yo... —Strid intentó responder, pero fue interrumpida cuando Adrián le propinó un golpe en el abdomen, arrancándole un grito de dolor.

Estaban allí porque era un lugar silencioso; este era casi el rincón más alejado de la casa con respecto a las demás habitaciones.

—Habla —ordenó Gercia, la más agresiva del grupo, aparte de Blanze.

—Yo... yo los oí hablando... y escuché toda su conversación... donde decían que... ¡Ahhhhh! —gritó Strid cuando Jade le clavó algo en la pierna derecha.

Strid jadeaba, el miedo y el dolor reflejados en sus ojos. Con cada palabra que pronunciaba, sabía que sellaba su destino.

—Escuché... escuché todo —confesó con voz temblorosa—. Su plan para robar al padre de Ashley, cómo iban a hacerlo... todo.

Los rostros de Blanze, Adrián, Jade y Gercia se endurecieron, sus miradas se tornaron más frías y calculadoras. La tensión en la habitación era palpable, como una cuerda a punto de romperse.

—¿Y crees que te vamos a dejar ir después de eso? —siseó Gercia, acercándose a Strid con una sonrisa maliciosa.

Ashley, oculta tras la puerta entreabierta de la biblioteca, sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal. No podía dejar que lastimaran a Strid, pero tampoco podía revelar su presencia. En un acto desesperado, decidió intervenir.

—¡Deténganse! —gritó, saliendo de su escondite.

Los cuatro se giraron hacia ella, sorprendidos por su aparición. Ashley retrocedió instintivamente, sabiendo que había cometido un error.

—Ashley, querida, qué inoportuna eres —dijo Blanze con una sonrisa burlona.

Sin pensarlo dos veces, Ashley giró sobre sus talones y corrió. Corrió por un pasillo secreto detrás de un estante de libros que solo ella conocía. El sonido de sus perseguidores resonaba detrás de ella, pero el pasillo oculto le daba una ventaja. Era un laberinto de conocimiento que su padre había creado, un lugar que solo los verdaderos amantes de los libros podrían apreciar y, en este momento, su única vía de escape.

El pasillo se retorcía y giraba, cada vuelta era una oportunidad para despistar a sus perseguidores. Ashley podía oír su propia respiración agitada y el eco de sus pasos en las paredes llenas de libros antiguos. Sabía que si lograba salir de la biblioteca, tendría una oportunidad de salvar a Strid y detener el nefasto plan contra su padre.

Más Allá De Un Diagnóstico | ✓ #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora