Arcángel La ascensión.

El descenso del Arcángel.

El filo de la espada se deslizaba lentamente sobre su pecho, desgarrando su piel sin pudor, así como también sus músculos y un par de costillas. Y mientras la sangre dorada brotaba de aquella herida, el agudo dolor se reflejaba en el rostro de la víctima.

 Desde la perspectiva del desafortunado, el tiempo para él se ralentizó y todo a su alrededor se desvaneció. Debido a ello, permaneció sólo con sus pensamientos en ese retardo temporal y luchó mentalmente consigo mismo por el error que había cometido.

 Se culpó por haber utilizado demasiada fuerza en aquel impulso, luego se justificó, y pensó que aquella acción fue necesaria para evitar la profanación que tanto se esmeró en impedir.

 Sus grandes alas en su espalda, no tenían la posibilidad de detener aquel trayecto en que se dirigía su cuerpo, su fin era inevitable. Y mientras avanzaba lentamente, acorde a su percepción, decidió abandonar la lucha y dejarse llevar por la incertidumbre del destino que le esperaba.

 Frente a él, un par de gemelos recién nacidos son el meollo de toda esta conmoción, a la que, este ser alado que acababan de herir, se dirigía
estrepitosamente a ellos sin obstáculo alguno.

 Momentos antes había descendido del cielo de forma majestuosa, con sus blancas alas alzadas, una radiante espada dorada en su mano derecha y su imponente presencia era la representación del poder más vivo de Dios. Pero el duelo en que se vió envuelto acabó y no exactamente a su favor.

 Anteriormente a ello, en el hospital público de la ciudad. Los gemelos tan especiales y motivo de aquel conflicto ya sufrían la desdicha de ser huérfanos.

 Su madre acababa de morir. Y aunque su muerte se debió a otro motivo, los pequeños aún permanecían en su vientre.

Dada la compleja situación, los especialistas utilizaron el procedimiento de cesárea para evitar otra desgracia y así rescatar a estos hermanos. Ya después, alejados del cuerpo inerte de su madre, fueron llevados a otro sector junto a los demás recién nacidos del hospital.

 Dos funcionarias eran las encargadas de la observación y el cuidado de todos los bebés recién nacidos, o al menos durante el turno que les corresponden, y tras continuar con la labor de medir y pesar a estos gemelos, se lamentaban por el fatídico destino que sufrió la madre. 

También mencionaron, a suerte de predicción, el triste porvenir de estos hermanos y la dura realidad que les esperaba en el orfanato.

  Después de que las funcionarias cumplieran con su labor, abandonaron la sala para monitorear a los bebés desde otro cuarto, pero antes, una de ellas disminuyó la iluminación de la sala para así mantener serenos a todos los bebés.

Con esa acción el ambiente se sentía más tranquilo, contrariamente al fatídico caos que estaba por venir en ese mismo lugar.

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  A través de las distintas capas de realidades en que convive toda la existencia, también conocidas como dimensiones, una de estas pertenece al tan mencionado plano astral. 

 El plano astral, tiene relevancia en variados mitos y leyendas alrededor del mundo. Se dice que es el origen de todo lo relacionado con el mundo espiritual. Fantasmas, espectros, demonios y entidades vampíricas son los más mencionados en diversos relatos en los que la humanidad ha vinculado esta dimensión.

Pero no todo es oscuridad; también se ha dicho que las entidades benévolas transitan por allí, aunque no siempre deambulan por este lado. Dado el alto poder vibracional de su divinidad, los seres espirituales de bien deben disminuir su estado vibratorio para así ser parte de estos planos más densos, como lo es el astral.