Día 1

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Hoy he utilizado la máquina del tiempo por primera vez, por lo que estoy en el pasado, muchísimos años atrás. La sensación del trayecto ha sido extraña, puesto que notaba una rápida velocidad y una fuerte adrenalina corriendo por mi cuerpo, sin embargo no podía distinguir lo que mis ojos observaban. He llegado en cuestión de minutos, ha sido un poco agobiante, pero creo que sin duda va a merecer la pena.

Lo primero que he hecho ha sido desplazarme con mi maleta por los terrenos en los que aterricé, buscando algún miembro de la tribu. Media hora después de llegar encontré un homo antecessor, de más o menos mi estatura. Dejé mi maleta recostada cerca de un árbol, donde daba la sombra, cogí mi cámara y fui directa a donde él estaba. Cuando me vio sentí un escalofrío por todo mi cuerpo, ya que no tenía muy claro cómo iba a reaccionar al verme. Encendí la cámara y me acerqué lentamente a él con precaución. De un momento a otro empezó a gritar y sacudir rápidamente sus brazos. Retrocedí un par de pasos para que no pensara que le quería hacer algo malo, pero en cuestión de segundos me vi rodeada por decenas de ellos. Noté como el corazón me latía más rápido de lo normal, ya que no sabía cómo salir de ahí o qué hacer o decir. Decidí mantener la calma y sentarme en el suelo, enseguida todos siguieron mis pasos y se sentaron al igual que yo. Los observé durante unos segundos poniendo en orden mis pensamientos y finalmente hablé. Les dije que era inofensiva y que solo iba a estar allí por un corto periodo de tiempo. Cuando terminé de hablar, uno de la tribu se levantó y empezó a pisar el suelo con fuerza mientras ‘’cantaba’’ una canción y todos sentados le imitaban. Seguí grabando durante unos minutos más hasta que uno de ellos me la arrebató y se la llevó. Yo decidí no ir a por ella para no asustarlos por mi brusquedad en mis movimientos y me quedé mirándolos. 

Estuve un par de horas más prestando atención a todo lo que hacían y cómo lo hacían. Vi cómo cazaban aves con unas flechas puntiagudas, cómo la devoraban, cómo recogían los frutos de los árboles, como bebían agua y cómo se comunicaban entre ellos. Había una gran diferencia entre sus movimientos y los nuestros. Los suyos eran más torpes y bruscos, en cambio, los nuestros son más limpios y suaves. Cuando cayó la noche, fui de nuevo junto con mi maleta y me quité algo de ropa para dormir más cómoda, pero cuando me acosté sobre las plantas vi cómo unos ojos brillantes me miraban y al entrar en contacto con los míos desaparecieron en la oscuridad. 

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⏰ Última actualización: May 16 ⏰

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Diario de una crononautaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora