Ms. Yontararak // Mimin

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Habían pasado tres días desde la entrevista con el señor Yontararak y aún no recibía la llamada confirmandole que tenía el empleo, pero no estaba desanimada, debían estar revisando los papeles de muchos otros aplicantes para el trabajo.

Miyeon estaba desayunando en su departamento mientras usaba su laptop y buscaba más ofertas de trabajo, solo por si las dudas. De pronto el teléfono de su casa comenzó a sonar con insistencia, ella parecía confundida pues nadie nunca le llamaba a ese número, solo lo había dado en el trabajo.

Ese pensamiento la hizo emocionarse, pues esa debía ser la llamada que tanto estaba esperando, por lo que rápidamente se aclaró la garganta, tomó el teléfono y contestó -¿Hola?-

-Buenos días, me gustaría hablar con la señorita Cho por favor.- Miyeon reconoció esa voz, era la de la secretaria amable del señor Yontararak.

-Buenos días, con ella habla.- contestó animada, sin poder disimular su emoción, la chica al otro lado de la línea sonrió al detectar su tono feliz -Señorita Cho, es un placer volver a hablar con usted, el motivo de mi llamada es para informarle que el puesto como asistente es todo suyo.-

Miyeon saltó feliz -¿Enserio? ¡¡Muchas gracias!!- su voz expresaba inmensa felicidad -¿Y cuándo empiezo?- preguntó un poco más calmada.

-Empezaría el lunes de la próxima semana, le mandaremos un correo con los horarios de trabajo y todo lo que necesita saber.- Miyeon escuchó atenta -Oh y solo le puedo adelantar que llegue temprano, la señorita Yontararak es bastante especial con el horario de sus empleadas.- aconsejó bajando la voz para evitar que los demás la escucharan.

Miyeon frunció el ceño sin entender -¿La señorita Yontararak? creí que me darían el empleo de asistente del dueño de la empresa, es para el que apliqué.- su voz pasó de feliz a desconcertada, lo que hizo que la chica al otro lado de la línea tampoco entendiera -No lo sé señorita, mi jefe me dio la información que le he proporcionado y en mis registros aparece que usted solicitó esa vacante, la otra se la dieron a alguien más.- explicó preocupada.

Miyeon mordió su labio inferior -Bueno, supongo que no se puede hacer nada, igualmente estoy muy agradecida por el empleo, esperaré su correo con ansias.- seguía sonando algo decepcionada, pero debía ser positiva, igualmente era un buen puesto.

La señorita al otro lado de la línea se despidió y Miyeon colgó. Bueno, al menos obtuvo el empleo.

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El viernes le enviaron el correo que tanto tiempo llevaba esperando, ahí se enteró de quién era su jefa, pues no sabía nada más allá de su apellido.

-Nicha Yontararak, 27 años, encargada del área financiera de la empresa, mhm debe ser economista.- leyó ella para sí misma -Interesante, tiene la edad de Soojin y la mía, tal vez no sea tan malo trabajar con ella, podemos llevarnos bien.- sonrió, pues como siempre hacía, ella quería ver el lado positivo de las cosas.

Pensó en que llegaría temprano y saludaría a su jefa con una sonrisa, pues se imaginaba que debía ser alguien educada, aunque esperaba que no fuera igual de seria que su padre.

-Ya veremos cómo eres Nicha.-

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Su lunes comienza a las 5:30 am, con el sonido de su alarma despertándola. La chica bosteza pero sabe que no tiene tiempo para quedarse en la cama, así que se pone de pie y va a bañarse para lograr despertar del todo.

Una vez arreglada se dirige a la cocina para desayunar algo ligero, pero igualmente decide pasar a una cafetería cercana para comprarse un café americano frío, ya que era algo adicta a la cafeína.