𝐏𝐀𝐑𝐓 𝐎𝐍𝐄 ──── 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐈𝐕

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"𝐔𝐍𝐄𝐗𝐏𝐄𝐂𝐓𝐄𝐃 𝐓𝐑𝐔𝐇𝐓"

"𝐔𝐍𝐄𝐗𝐏𝐄𝐂𝐓𝐄𝐃 𝐓𝐑𝐔𝐇𝐓"

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El día de la arribada del Rey Robert al Norte llegó. La luz del amanecer comenzó a iluminar cada rincón de las Inviernas. Los Norteños iniciaron desde temprana hora a finalizar los preparativos, habitaciones y alimentos para los sureños quienes quisieran visitar o hospedarse en el pueblo. Daeron estaba emocionado por conocer al Rey y a su Guardia Real, preparaba sus cosas para estar a tiempo y listo para el recibimiento de la familia Real. Ahora ya tenía un aspecto más alentador, sus ojos ya no se veían con fatiga, había dormido dos noches en la casa de Elynda.

Después de ir por su caballo a los establos y llevarlo a la casa para despedirse de Elynda, quien el día anterior había estado enferma y Daeron cuidó y atendió de ella, siendo instruido para preparar algunos tés y brebajes que le ayudaría a bajar la fiebre, mareos y unos cuantos dolores de cabeza, también le sugirió a Daeron que tomará de los tés, para prevenir que él no se enfermará. Él pasaría todo el día al lado de Elynda, ambos conversando sobre el día a día del muchacho como guardia de Winterfell. Cuando cayó la noche, el estado de salud de Elynda había mejorado, aquello levantó el ánimo de Daeron aunque permanecía alerta en caso de que Elynda mostrara algún signo de malestar pero Elynda le aseguró que se sentía mejor.

Daeron se encontraba afuera de la casa, puso un pie en el estribo y montó su caballo, bajo su mirada hacia Elynda que estaba en el umbral de la puerta en espera de que él partiera, ella se veía con ojos cansados pero parecía tener mejores fuerzas que el día anterior y a su lado se encontraba una anciana que vivía en la casa de enfrente de ellos, quien Elynda parecía confiar y tener una buena amistad.

—Volveré en cuanto hayan recibido al Rey y su familia. No me gustaría dejarte sola tanto tiempo.—le dijo Daeron a Elynda, le hubiera encantado que lo acompañara que estuviera a su lado y juntos conocieran a la familia real pero ella habría preferido quedarse en casa y reposar, él seguía preocupado por Elynda, si bien ella le aseguró que se encontraba mejor de salud, temía que en su ausencia le pasara algo.—Si algo llega a pasar, no duden en ir a buscarme. —dirigiéndose a la anciana.

La anciana asintió con una amable sonrisa.

—Estaré bien, Daeron.—respondió Elynda, no quería que se preocupara de más. —No tienes que estar preocupado todo el día por mi . Ayer hiciste un excelente trabajo, tratándome. —reconoció y esbozó una leve sonrisa. Daeron aun tenía sus dudas, Elynda se acercaría a él y tomaría su mano con delicadeza, dándole un leve apretón y miraría sus brillantes ojos celestes. —Ve, cumple tus deberes y diviértete.

𝑨 𝑺𝑶𝑵𝑮 𝑶𝑭 𝑰𝑪𝑬 𝑨𝑵𝑫 𝑭𝑰𝑹𝑬 (𝐒𝐚𝐧𝐬𝐚 & 𝐃𝐚𝐞𝐫𝐨𝐧)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora