Chittaphon tenía diecisiete años, cursaba la preparatoria cuando conoció a su primer amor, un alfa mayor, veintinueve años, su nombre era Lee Hyuckjae, alto, sofisticado, elegante y tenía el par de ojos más amables que lo habían mirado en la historia, fue amor a primera vista, Chittaphon creyó que este era el alfa con el que por fin pasaría el resto de sus días, solo que... había un problema.
Era casado.
Chittaphon siempre miraba la sortija en su dedo anular, pero decidió ignorarlo, estaba tan enamorado, Hyuckjae era tan gentil, tan dulce, lo llenaba de detalles y lindas palabras que lo hacían sentir amado. Cómo fue criado en una familia que no era afectuosa, el exceso de emociones que Hyuckjae le provocaba hacían que su pancita se llenara de mariposas y sus ojitos se llenaran de ilusión, cuando cumplió los dieciocho sus padres se pusieron en su contra cuando les comentó que quería irse a vivir con su alfa a Japón, sus padres querían que empezara la universidad, pero él estaba enamorado y quería irse con su amado, les dijo que Hyuckjae lo ayudaría a estudiar allá, pero ellos no cedieron.
Cuando recibió el dinero de la beca, tomó una maleta, dejó su teléfono y huyó con su amado, él había renunciado a su esposa por él, ¡era obvio que era amor! no podía permitir que sus padres le prohibieran vivir con su ser amado, ¡eran almas gemelas! No entendía por qué ellos estaban siendo tan restrictivos, así que se fue, su alfa lo ayudó con su maleta, besó su frente.
—Estaremos juntos por siempre, Chittaphon—el mencionado asintió con entusiasmo, en sus ojos se reflejaba el amor que tenía por este hombre.
Confiando plenamente en él sin pararse a pensar en lo que estaba haciendo, cegado por su amor, no se dio cuenta de las llamadas sospechosas que estaba haciendo o las fotos extrañas que pidió tomarle mientras estaban en el apartamento del mayor, Chittaphon lo amaba y quería estar siempre con él.
Antes de ir al aeropuerto el mayor lo había llevado a la fiscalía para cambiar su nombre, dado que ya era mayor de edad y ya no era necesaria la aprobación de sus padres, Chittaphon accedió, era como una aventura, estaba con su amor prohibido, huyendo como dos tontos enamorados. Su nuevo nombre era Ten Lee, él lo escogió, le gustó mucho porque su alfa y él compartían el mismo apellido y así parecía que se habían casado. Llegaron al aeropuerto y emprendieron vuelo.
Aterrizaron y bajaron hacia el aeropuerto, Chittaphon miraba todo con admiración, Japón era siempre tan colorido, sonriendo emocionado, mirando aquí y allá, no prestó atención a las llamadas de su alfa, ambos subieron al auto rentado y el mayor condujo por las calles pintorescas. Chittaphon comenzó a preocuparse cuando entraron a un barrio viejo y descolorido, las casas se veían despintadas y con manchas de humedad, llegaron a un viejo edificio, el tailandés tragó saliva, se veía un poco destartalado, pero su alfa trabajaría y entonces podría conseguir un lugar mejor ¿no?
Con eso en mente, decidió ser positivo sobre este lugar.
Cuando entraron al edificio, en la recepción no había nadie, más que un grupo de hombres de traje que los miraron en cuanto entraron, Chittaphon sintió como su piel se erizaba y su Omega le pedía que corriera, parpadeó confundido, estaba con su alfa, nada le pasaría ¿cierto? El alfa en cuestión hablaba con los hombres en japonés, el Omega no entendía que querían decir, no fue hasta que uno habló en inglés, que entendió un poco, siempre le gustó aprender idiomas y el inglés fue al que más prestó atención para aprender, solo que... lo que entendió, no le gustó, al parecer habría una subasta, en un Yate, en dos días, así que tenían que estar preparados, fue lo único que entendió.
Entonces lo miraron, su Omega chilló dentro de él, quería irse de aquí, empezaba a asustarse, su alfa se volteó hacia él, le sonrió dulcemente y casi logró calmarlo, pero todavía sentía que algo andaba mal.
—Escucha, Ten, tienes que irte con estos hombres a un lugar muy genial, más adelante te alcanzaré y podremos disfrutarlo juntos—el Omega negó frenéticamente, pero no le prestaron atención, de inmediato dos de los hombres lo alzaron.
Él comenzó a gritar, pataleó, rasguñó y mordió, pero nada sirvió, en un momento estaba mirando al que creía que sería su alfa recibiendo un maletín, y al siguiente su vista se puso oscura.
Despertó en la oscuridad, había una pequeña luz de forma cuadrada por lo que supo que era una ventana, el suelo bajo él se movía, y no sabía si era por el líquido que ese alfa le inyectó o porque realmente se estaban moviendo, se quiso levantar, pero se dio cuenta que estaba atado de manos, con cuidado se levantó y caminó despacio, recargándose en la pared para estabilizarse, cuando llegó a la pequeña ventana, jadeó, solo había agua, nada a la vista, solo agua, de inmediato el pánico le invadió, era seguro que estaban en el Yate que mencionó ese alfa en inglés, presa del pánico miró a su alrededor por una salida, pero no había ninguna y su caminar era débil.
—Es inútil, nunca saldremos—dijo una voz.
miró hacia allá, pero no alcanzaba a enfocarse muy bien debido al mareo, con cuidado caminó lentamente, el muchacho habló de nuevo.
—Somos mera mercancía para el mejor postor, la subasta es mañana, así que estamos jodidos.
Chittaphon comenzó a llorar, el chico simplemente suspiró.
—Tranquilo, tal vez el alfa que te compre sea bueno contigo.
—¿n-nos van a vender?—preguntó aguantando un sollozo, el otro Omega soltó algunas lágrimas también, asintiendo.
—sí, me temo que sí—escucharon dos sollozos más y entonces eran cuatro omegas llorando.
—¡Cállense!—una quinta voz gritó—Dejen de llorar que no va a resolver nada, lo único que podemos hacer es resistir y... Sobrevivir.
De repente el barco o lo que fuera se detuvo, todos contuvieron la respiración, Chittaphon tragó, obviamente habían llegado a su destino, no había vuelta atrás, por su ingenuo primer amor había abandonado a sus padres y se había metido a sí mismo en esta porquería, no volvería a ver a su familia nunca más.
Mordió su labio inferior, tragándose un sollozo.
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si decido quedarme...
RomanceSe puede estar enamorado de varias personas a la vez, y de todas con el mismo dolor, sin traicionar a ninguna. Gabriel García Márquez. 🔹Contenido sensible. 🔹Mención de la muerte de un personaje. 🔹Leve mención de maltrato. 🔹Mención de perso...