si decido quedarme...

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Ese fin de semana Johnny tenía tiempo extra, pero lo cancelaron a último momento para organizar una reunión en Seongnam, ya que el proveedor vivía ahí y para tener los materiales para la campaña de lanzamiento tenían que asegurarse de que el señor Hwang cumpliera su parte del trato, así que tenían que ir, no eran más de veinte kilómetros, por lo que estaría de vuelta al día siguiente temprano, con suerte.

Cuando se levantó esa mañana, notó que Doyoung tenía un ligero sonrojo en sus mejillas, la preocupación lo estaba carcomiendo, pero ésta reunión era importante, tenía que estar ahí, así que llamó a Ten para que viniera a echarle un vistazo, normalmente debido a que Doyoung tomó demasiados inhibidores de olor en su adolescencia en su afán de ocultar que era alfa para poder ligar con otros alfas, éstos le habían provocado adicción, así que dejarlos le dejó consecuencias, como fiebre y desbalance de hormonas. Afortunadamente el desbalance se detuvo, pero la fiebre se quedó. El Omega prometió ir a verlo después de su turno en la tienda, así que se podía ir tranquilo.

Dejó los supresores por si eran necesarios, aspirinas, y todo preparado para la futura fiebre de su novio. De todos modos el celo aún no se presentaría, pero necesitará cuidados.

Eran las tres treinta cuando llegó al departamento de los muchachos, Johnny le dio la contraseña, así que entró, inmediatamente el olor a pino y tierra mojada inundó sus fosas nasales con fuerza, Ten tuvo que sostenerse de la pared para no caer de rodillas, el olor era tan fuerte que lo mareó. Caminó hacia la habitación de la pareja, cuando abrió la puerta, el olor lo golpeó más fuerte que nunca, ahora sí se dejó caer de rodillas, miró a su alrededor, no parecía haber nadie, hasta que un bajo gruñido se escuchó dentro de lo que supuso era el baño, Ten sintió que goteaba su ropa interior despacio.

En ese momento la puerta del baño se abrió con fuerza, golpeándose con la pared, Ten levantó la mirada temeroso, Doyoung estaba ahí, mirándolo, pero ya no era él. Recuerda hace unos meses que Johnny le contó que la familia de Doyoung, los Kim de Guri eran los únicos que tenían una confianza absoluta con su otra mitad, por lo que era fácil para ellos simplemente dejar a una parte de su lobo mostrarse, a veces incluso, dejando que tome el control por periodos de tiempo indefinidos, confiando en el control y la pequeña parte racional que aún quedaba en ellos. Era como ver el núcleo de la personalidad de la persona.

Doyoung estaba mirándolo tan intenso, el gruñido construyéndose en su pecho, Ten pensó por un momento en irse, ya estaba completamente empapado para este punto, pero no sabía lo que pensaría Johnny si él cedía ante el inminente celo de Doyoung.

—Es fascinante poder sentir tu olor en todo su esplendor—Dijo con voz ronca. Este era el lobo hablando, Ten se dio cuenta.

Se levantó despacio, con cautela, sin apartar los ojos del alfa, en este momento no era Ten Lee, era una presa, sabía que Doyoung podía oler su excitación, por eso se estaba acercando a él, paso a paso, Ten se alejó de él o lo intentó. En un instante Doyoung lo tenía acorralado entre él y la pared, lo miró a los ojos y después estaba enterrando su nariz en su glándula de olor, Ten gimió.

—Hueles tan bien, Tennie, ¿qué voy a hacer contigo? Doyoung ha sido tan caballeroso contigo ¿no es así?—Ten asintió.

—Así es, te lo mereces, Tennie, pero ¿Adivina qué?—Ten tragó al verlo sonreír con picardía—Estás en mi territorio ahora y me encargaré de esa bonita humedad en tu ropa interior.

Ten se le quedó mirando, sin saber qué hacer o decir, el olor de Doyoung decía sométete, sométete, mío, mío, que le daban ganas de mostrar la garganta y dejarse hacer, pero no tenía el consentimiento de Johnny para ayudar a Doyoung, con cuidado sacó su teléfono del bolsillo, el alfa frente a él se rió entre dientes.

—¿Vas a llamar a Johnny, cariño? Bien, hazlo, quiero oírlo hablar, escuchar su voz también me enciende—Ten casi se rió, pero mejor llamó a Johnny, no quería provocar más al alfa.

Johnny contestó al cuarto tono.

—¿Ten? Hola, ¿Pasó algo?—Ten miró al alfa que se sentó en la orilla de la cama con una expresión de diversión, cómo burlándose de él, Ten sintió sus rodillas temblar.

—Eh... Johnny, uhm... Vine al departamento y... Al parecer Doyoung entró en celo, es-está como, es como si fuera otra persona, sé que no lo es, pero eh... Dime cómo proceder, no parece que vaya a dejarme ir...—Ante la mención de irse Doyoung soltó un gruñido. Johnny del otro lado murmuró un 'mierda' que lo hizo preocuparse más.

—Escucha, voy a hacer todo lo posible para llegar rápido, simplemente si no te sientes listo ni cómodo para ayudar a Doyoung, no dejes que te bese, preferiblemente que no se te acerque demasiado, su lobo es muy persuasivo, si bajas la guardia terminarás desnudo de espaldas con él entre tus piernas—Ten soltó un gemido por las palabras de Johnny y sintió como su lubricante bajaba por sus muslos, sus pantalones ya afectados.

No es que no esté listo, simplemente quería saber qué sentiría Johnny al respecto, si estaría de acuerdo en que esté con Doyoung.

—¿Qué pasa si... sí me siento listo?—Se escuchó el suspiro de Johnny.

—Entonces hazlo, en este momento está en este estado, pero después vendrá la fiebre y con eso el dolor, llegaré para ese momento.

—¿Qué pasa si... lo ayudo?

—Se quedará dormido por al menos cuatro horas hasta que su lobo regrese de nuevo.

Ten abrió los ojos al percatarse que Doyoung ya no estaba en la cama, como había estado distraído mirando hacia la puerta y a sus pies no vio los movimientos del alfa, se despidió de Johnny y colgó el teléfono.

—¿Doyoung? ¿Dónde estás?—caminó hacia el baño despacio mirando por la rendija de la puerta cuando unas manos lo tomaron de la cintura, Ten se sobresaltó, se dio la vuelta y entonces unos labios hambrientos se apoderaron de los suyos.

Ten sintió que se derretía.

Continuaré en el otro capítulo, el siguiente es el último y después el epílogo, gracias por leer.

-Jenni🌱