Mi noche | Cherlos.

4:10am.

03:24 am.
03:30 am.
03:45 am.
04:00 am.

¿Dónde estás? ¿Por qué no tengo señales de ti? Mi alma se siente vacía, no quiero creer que es aquello a lo que tanto le temí. Porfavor, no me dejes.

Cambie mis prendas tratando de colocarme la mejor opción, fui rápido, mis manos dificultan todo pues no dejan de temblar. Porfavor, dime que no es verdad.

Nuevamente, mire la hora en mi reloj, parecían siglos cuando apenas pasaban los minutos. Pensé que estarías aquí para mi. ¿Por qué no estás aquí?

Carlos, porfavor ven.

05:37 am.

Sergio cambió su dirección, ahora se encontraba manejando rumbo al departamento del español, la velocidad ni siquiera podría ser medida a comparación de una carrera, solo quería llegar lo más rápido posible, la última llamada que recibió hizo que su alma abandonará su cuerpo y hasta ahora no la sentía, su corazón estrujado le dolía más que nunca pues la preocupación estaba presente. Carlos había llamado dando unas palabras que encendieron las alarmas dentro del mexicano. Sus manos firmes sobre el volante mientras observo el semáforo en rojo, "Rápido", pensó sin despegar su mirar para pisar el acelerador cuando este cambio a verde.

Llego, bajo del auto tomando sus llaves mientras a paso apresurado se adentro. La vibra de todo el edificio era tan diferente que incluso sintió el frío recorrer su cuerpo, sintió ese vacío en su pecho aún más presente y justo al momento de estar frente a la puerta de aquel departamento se donde quedó quieto frente a esta.

No sentía nada, no había nada, su alma lo sintió apagarse poco a poco.

"No me dejes, Carlos".
"No lo hagas".

Abrió la puerta y con prisa fue hasta la habitación de su mayor, miró su alrededor notando como todo estaba oscuro y apenas la luz de la mañana empezaba a iluminar poco a poco. Ropa tirada, vidrios rotos, sangre.

Su cuerpo se paralizó pues desde que venía en su auto lo sabía, sabía que ya no estaba él. Había maldecido su capacidad de sentir tanto aquello, sentir como alguien que tanto ama lo abandona. Se adentro a la habitación con cuidado y vio al hombre bajo las sabanas, se veía tan tranquilo, tanto que preocupo. Sergio se acercó con temor y lo tocó sintiendo lo frío que estaba. Negó.

"Carlos, despierta, porfavor, Carlos".
"Te dije que no lo hicieras.."

Ya estaba, solo le quedaba aceptarlo, su amado quien yacía sobre la cama con una expresión tan tranquila ni siquiera respiraba, no se sentía. Ya no era él. Su alma no estaba junto a Sergio.

El mexicano aún controlando todo, o quizá, sin saber cómo reaccionar se coloco de rodillas al lado del español y llamo a la ambulancia con alguna esperanza de que este pudiera abrir lo ojos, verlo, besarlo y abrazarlo con la misma fuerza de siempre.

"¿No pensaste en mi?"

Susurro observándolo mientras que las sirenas de la ambulancia se escuchaban de fondo, Sergio tomó la mano del mayor y beso la misma mientras era manchado con la sangre que recorría gran parte de esta, sus ojos por fin le dejaron expresar su dolor causando un río de lagrimas, había silencio, tanto silencio que dolían sus oídos. Cerró los ojos recostando su mejilla sobre el pecho de Carlos mientras esperaba, no le quedaba más que solo esperar.

09:10 am.

Rápidamente aquella noticia fue difundida por las personas locales y pronto por todo el mundo, el gran corredor de la fórmula 1 había fallecido, no quisieron dar detalles al respecto pero había alguien que sabía muy bien como fue, un mexicano que había perdido un pedazo de alma hace tan solo unas horas.