Blas Polidori

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Alertas: miedo al compromiso, sexo y menciones al alcohol.





Blas era mi amigo desde adolescentes, nos conocimos en un cumpleaños de una de mis compañeras porque él era el primo rarito. Nadie le daba bola, lo apartaban e ignoraban así que en un intento de ser buena me pare a su lado.

"¿Necesitas algo?" preguntó con amabilidad, cosa que me sorprendio porque me imaginaba que él era malo o forro y capaz por eso lo apartaban pero parecía estar totalmente errada.

"Me canse de socializar." dije por lo bajo, no era totalmente una mentira pero tampoco le iba a decir que me acerque por pena.

"Ah tranqui, sentate si querés." volvió a responder con amabilidad, tenía una leve sonrisa en su rostro.

No tarde en sacarle charla y gracias a eso conseguí su número, desde ahí nos hicimos muy amigos.

Actualmente, él con veinte y yo con veintiuno, estábamos sentados en el sillón de su departamento tomando un poco de alcohol. Aunque la verdad era que yo estaba tomándolo sola, ya que a Blas no le gustaba mucho.

—Esta re pura esta mierda boluda. — se quejó al darle un trago a la botella, con rapidez se lo saque.

—Y si, vos nunca tomas por eso. — Blas suspiró y agarró su té de menta, sacándome una sonrisa. —¿Mucho mejor? — le pregunté al ver como este parecía disfrutar demasiado del té.

—Re, mil veces esto. — levantó la taza hacía a mi, yo me negué. Le di un trago al vodka y sonreí.

—Daa, ta re suave Blas. — él negó con la cabeza y yo me reí.

—Bueno, tomó un toque. — dejó la taza en la mesa y volvió a servise un shot.

—Si no querés no boludo. — Blas se tomó el shot ignorándome. —Dios, te vas a poner enpedo y te va a hacer mal.

Él negó de forma extraña, solo confirmando más mis palabras. De igual forma me serví un shot, ya que en primer lugar nos habíamos juntado para esto.

Todos los días excepto los domingos trabajaba en una cafetería y finalmente me habían dado un sábado de franco. Dejándome completamente libre, cosa que Blas quiso aprovechar.

Pasaron al rededor de dos horas, nos habíamos tomado dos smirnoff y algunos baggios multifruta que compre a último momento.

Repentinamente Blas se levantó y corrió al baño, yo lo mire con miedo.

—¡¿Estas bien?! — grité apunto de levantarme pero él salió de este, caminando hacía a mi de forma torpe. —¿Qué pasó?

—Quería usar el enjuague bucal. — asentí con confusión.

—Ahh. — dije sin entender del todo lo situación pero me volví a asustar al ver como Blas se sentaba en el piso, frente a mi, poniéndose en el medio de mis piernas.

—Que linda que sos. — susurró poniendo sus manos en mis piernas y su cabeza en mi muslo, mirándome el rostro.

—Gracias. — dije inclinandome hacía a él, logrando que nuestros rostros queden a una pequeña distancia bastante cuestionable.

—Muy linda, mucho. — arrastró las palabras mientras miraba mis labios, yo me reí. —Amo tu risa, es muy linda también...

—Gracias, Blas. — con mi mano acaricié sus rizos, él cerró los ojos y se acomodó mejor en mis piernas. Tenía una sonrisa tranquila en su rostro, haciéndome sentir ternura.

𝐋𝐚 𝐬𝐨𝐜𝐢𝐞𝐝𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐧𝐢𝐞𝐯𝐞 | 𝐂𝐀𝐒𝐓 𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora