𝐀𝐧𝐭𝐢𝐬𝐨𝐜𝐢𝐚𝐥 ✿ ( 𝐟𝐮𝐬𝐡𝐢𝐤𝐮𝐠𝐢 )

chapter #two.

Los shikigamis de Fushiguro se desvanecieron abruptamente, dejando únicamente el pulido muro al alcance de sus orbes.
La pesadez en la escuela se sentía por cada kilómetro que la conformaba, pues cada uno de sus estudiantes se exigían más. Y Megumi... Megumi era un tema externo. Era un chico que parecía únicamente basar su confianza en el existencialismo puro.

—¡Hey, Fushiguro! —arribó la sonrisa más inocente de todo Japón. La sonrisa más sincera y real jamás vista previamente. Itadori tenía una preocupación menos; la recuperación de su compañera. —¿querrás ver a Kugisaki? pensé en que podríamos ir los dos y cuidar de ella, seguramente le alegrará vernos a ambos. Además que llevaré el Blue Ray de la lombriz humana 4 y esta vez no podrá resignarse. —unió ambas manos, simulando una risita maléfica y juguetona, ya que Nobara tenía estrictamente prohibido emergir de la habitación hasta que se aprobara su alta hospitalaria.
Con las manos al interior de sus bolsillos inferiores, solamente le dio la espalda.

—iré cuando sea mi turno. Además, no sé qué te hace creer que lograrás hacer que Kugisaki vea esa escoria, ¿a caso es que no recuerdas la última vez que quisiste convencerla de ver esa bobería romántica? tuvimos que amarrarla.

El rostro de Yuji se encogió, recordando verdaderamente lo difícil de calmar la fiereza de su amiga, y sobre todo, el cómo el miembro del clan Zenin en cuestión de pocas palabras lograba dejarlo en ridículo.
Megumi con indiferencia, se distanció sin ni una palabra más e Itadori no hizo más que despedirlo desde su punto.

    [...]

—¡no e-estuvo tan mal! —Itadori a modo de defensa, colocaba sus manos con la intención de accionar en su propia defensa. La castaña estaba al borde de la locura sobre de él por haberla hecho perder dos horas de su valioso tiempo viendo aquel filme tan repugnante. — El doctor te dijo que no podías levantarte hasta que te lo indicara, Kugisaki.

—¡me vale un comino lo que haya dicho la doctora, eres hombre muerto! —lo tenía sujeto por el la capucha del uniforme, hasta que unos brazos cálidos irrumpieron el pronto descenso de Yuji al sujetarla de manera que enganchó sus brazos a los de ella por la espalda.

—Te dije que no era buena idea. —comentó el pelinegro con su tono grave y rico en amargura. —es la última vez que te la quito de encima, idiota.

—¡más te vale que me sueltes en este instante, Fushiguro! —Nobara realizó varias pataletas y sacudidas corporales que amenazaban con soltarse del agarre masculino, pero Fushiguro ejercía más fuerza, hasta que la levantó del espacio personal de Itadori y casi arrojándola a la camilla, recordó las heridas que Nobara aún tenía por sanar, así que la echó con tacto y sutileza.

—ahí te quedas. —ordenó, acción que a la chica le caló. Una vena resaltó sobre sus sienes. —y tú. Te estaba buscando el aguerrido de Todo.

—Oh, cierto. Teníamos algunos planes. Bueno, yo me voy marchando, los dejo, chicos. Recupérate, Kugisaki. Regreso mañana. Si necesitan algo, tengo mi teléfono a la mano.

—si regresas sabes lo que te espera. —lo amenazó ya saben quién.

—que ya te calles. —irritado interceptó Megumi.

—tú no me vas a decir lo que tengo que hacer o no, zombie.

—¿sigues con ese estúpido apodo? —Megumi tomó asiento en el asiento acolchonado a lado del lugar de reposo de su amiga.