El cielo nocturno se cernía sobre el pueblo, las siluetas de los árboles, bosques y montañas apenas se distinguían en la lejanía del horizonte. Por más lejos que intentasen llegar en su barcaza suspendida en la oscuridad, el cielo siempre estaba más arriba. Entonces el pueblo, que yacía bajo sus pies, volvía a erigirse a su alrededor, iniciando un nuevo ciclo de ascensos y descensos.
En la caída, el aire frío era lentamente reemplazado por el ruido de la feria y las luces de colores se colaban en su pequeña cesta, su mundo, donde solo importaban él y su amada.
Más que nunca, querían estar uno junto al otro: Ixhel en los brazos de Emil, y Emil rendido a Ixhel. Sin embargo, la física no jugaba en su favor y optaron por ser precavidos y quedarse cada uno en su lado de la cesta.
Ixhel reía y contemplaba el precioso paisaje nocturno, por un lado, y el fulgor de colores por el otro. Se emocionaba al ver y sentir cómo aquel cielo oscuro se acercaba y alejaba de su ser según giraba la rueda de la fortuna. Por su parte Emil prefería enfocar su vista en Ixhel, temeroso de ese vértigo que tanto emocionaba a su amada.
Las luces los bañaban en sus divertidos colores, se miraban mutuamente deseosos de que los ojos pudiesen tomar fotografías y, tras unos instantes en que el tiempo parecía detenerse, se fundieron en un cálido beso sin decir palabra alguna.
Supieron que el mundo no estaba tan mal.
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Cuentos
General FictionCuentos varios, seguiré actualizando según vaya escribiendo y editando mis narraciones, espero sea de su agrado y gracias por su tiempo.