capitulo 4

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Las horas habían pasado y por fin las clases culminado. El profesor se encontraba explicando la tarea sobre una investigación cuando la campana sonó. El chico de cabello rubio no parecía prestar mucha atención y solo leía el libro de lengua que tenía enfrente. En cambio, el chico castaño miraba al profesor mientras le temblaba el ojo.

Andrés- «Espero tener tiempo para alimentar a las palomas...»

Profesor- Bueno, ya pueden retirarse y recuerden que esta tarea tiene una ponderación de la mitad de la unidad.

Todos se levantaron y comenzaron a irse. Andrés guardó sus cosas rápidamente mientras trataba de encontrar la razón por la cual les habían puesto la condición de seguir los estudios. Miguel se levantó aún con el libro en mano y se dirigió con su compañero.

Miguel- ¿Qué dice aquí?

Preguntó algo ansioso. El menor posó su mirada en el lugar donde su compañero le señalaba la palabra.

Andrés- Esclerodermia.

Leyó con lentitud.

Andrés- ¿Pero qué estás leyendo?

Miguel- Un libro. ¿No es obvio? En fin, vamos a recibir a las visitas.

Andrés- Veo que no sabes cuánto nos complicaste todo, ¿Verdad?

El rubio lo observó atento quedando inmóvil y en silencio.

Andrés- Agh.

Suspiró. Sabía que eso significaba que no, o al menos, era un "no" de "estoy fingiendo que no sé".

Miguel- En serio, no sé que problema nos traería. O sea, ni que nos fuera a destruir todo el negocio.

Dijo mientras reía. Andrés puso su mano en su rostro con un tanto de enojo. Tomó sus cosas y luego se fue dejando solo a Miguel quién lo observó desconcertado.

Miguel- ¡En serio no sé de lo que me estás hablando!

Gritó con confusión. Los poco alumnos que se encontraban ahí, aún, lo vieron al escucharlo gritarle al castaño. Su contrario se volteó.

Andrés- ¿De verdad? ¡Pues te lo recordaré llegando a la casa, Miguel!

El rubio se molestó cuando le gritó y a la vez dijo su nombre.

Miguel- ¡Así que ya no me hablarás con cariño!? ¡Pues yo también puedo hacer eso, Andrés!

Todos observaban la escena que estaban haciendo ambos chicos.

Andrés- Si, claro. Como si nunca me hubieras traicionado antes.

Miguel- Pues no lo hubiera hecho si tú hubieras sido más atento, idiota. ¿Crees que fue fácil confiar en ti? Luego tú vienes y me dices que todo el tiempo estuviste mintiendo. ¡No me reclames nada ahora!

Todos a su alrededor los observaban y empezaban a sacar algunas conclusiones e hipótesis del por qué peleaban.

Andrés- Bien. ¡Espero que vuelvas con bien a casa!

Gritó enojado. El rubio pasó su mano por su cabello.

Miguel- ¡Yo espero lo mismo!

Al notar está acción, Andrés supo que su compañero estaba mintiendo. Dio media vuelta y se fue dejándolo sentado en su escritorio con un libro en mano. Miguel dirigió su vista al libro y continuó leyendo las palabras que conocía hasta que se topó con una que no conocía. Tomó sus cosas y luego fue detrás del chico castaño. Se puso enfrente de él cuando lo alcanzó y le mostró la palabra. Ambos se veían con enojo y el silencio los tenía en un ambiente tenso.

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⏰ Última actualización: Jul 25 ⏰

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Sherlock356 Y Watsoncrack (Pausada Hasta Nuevo Aviso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora