༄ Capítulo 1

248 30 5
                                    

   Pasado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   Pasado


Un 5 de junio el destino de la nación de Slytherin cambió...

En el instante en el que, tras situarse la brillante y plateada luna en el punto más alto del manto oscuro en el que pequeñas luces centelleantes iluminaban el firmamento sin opacar a la primera mencionada, el fuerte sollozo de un recién nacido fue capaz de deshacer el apacible silencio que rodeaba cada una de esas tierras.

De blanca tez, luminosa y frágil piel cual porcelana

Rubios, platinados y finos cabellos

Labios suaves y delicados iguales a los pétalos recién abiertos de una rosa

Así eran cada uno de los atributos pertenecientes al pequeño, cuyo nacimiento en realidad parecía marcar la llegada de un ángel a la tierra dada su etérea belleza.

-Es un niño saludable, felicidades sus altezas - comentó el curandero que había atendido a la reina, encargándose este de dejar al bebé en brazos de su madre, no sin antes envolverlo entre las más delicadas y finas telas de seda propias de la realeza.

Ante ello, la emperatriz Narcissa le brindó una suave pero a la vez cálida sonrisa a su hijo, escapándosele unas cuantas lágrimas en medio de eso, al fin y al cabo su mayor felicidad se había concretado y ahora el fruto del amor de su esposo y suyo yacía entre sus brazos, siendo una perfecta combinación de ambos.

Debía admitir que por un instante creyó que no lograría apreciar este momento debido a que su embarazo se había caracterizado por las diversas dificultades que presentó a lo largo de cada etapa. Desde su tierna infancia no destacó por gozar de una buena salud gracias al débil cuerpo con el que había nacido, por lo que la mayor parte de sus recuerdos de aquella etapa se caracterizaban por tenerla a ella postrada en una cama mientras sus amados padres y hermanas la iban a visitar la mayor parte del tiempo en su habitación, sin contar de la constante presencia de cada uno de los curanderos y medimagos que llegaban a visitarla con tal de mejorar su condición.

-Lamento tener que darle esta noticia, mi Lord Black. Tal vez la señorita Narcissa no alcance a cumplir los 7 años. Recomiendo que se aseguren de que la pequeña disfrute el poco tiempo que les queda con ustedes en este mundo.

Aquello fue lo que alcanzó a escuchar por parte del catalogado como mejor médico de la nación en el instante en el que se suponía que yacía dormida, oyendo en medio de eso los impotentes sollozos de su madre que era consolada por su padre, a quien se notaba con facilidad que su voz se quebraría en cualquier momento mas como todo un sangre pura hacía lo imposible por aferrarse a su máscara de frialdad a pesar del inconmensurable dolor que sentía.

Después de esa fatídica tarde, los días siguientes, por primera vez desde hace más de 50 lunas, le fue permitido el salir de su habitación y caminar entre los vastos campos en los que tanto había anhelado pasar, apreciando cada flor, animal, murmullo y danzar del viento que deleitaba su vista, estando dispuesta a disfrutar de cada pequeño y gran detalle y vivir al máximo como si fuese su último día en la tierra. Pese al dolor que su familia llegaba a experimentar ante su limitado tiempo, estos hacían lo posible por demostrarse felices y aprovechar cada momento a su lado, incluyendo a su padre, quien en más de una ocasión dejó sus obligaciones de lado con tal de que pudiese al menos verla una hora del día.

༄ El caballero del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora