Volvamos a empezar

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Un par de ojos azules se abren y observan un techo bastante familiar, se sienta en la cama en la que se encontraba y empieza a reconocer en donde se encontraba; enseguida corre hacia el espejo que sabía que estaba por ahí. Cuando finalmente logra verse mejor, se percata de que se veía completamente diferente.

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Su nombre era Arthur Alexander Winston, quien había nacido en cuna de oro con una familia que lo consintieron hasta el hartazgo, por eso mismo su actitud era altanera. Debido a esto, siempre disfrutó atormentar a los demás, los acosaba causando que muchos se fueran de su escuela y teniendo su grupito para causar caos.

A pesar de tener un gran repertorio de víctimas, hubo alguien que llamó su atención como un blanco fácil, su nombre era Taylor Smith, un pequeño cuatro ojos que se la pasaba en la biblioteca siempre leyendo, el perfecto objetivo para su acoso. Durante gran parte de su vida escolar lo fastidió; escondió, rompió o mojó sus cosas, lo acosó de todas las formas posibles y demás.

Cuando empezó la universidad, no le pareció ver a Taylor por ningún lado, aunque no podía importarle menos; por lo tanto, siguió con su vida como si nada, estudiando artes culinarias y administración para ayudar al negocio familiar, que era una cadena de restaurantes. Después de terminar finalmente sus estudios, se le permitió encargarse de una sede cercana, ya que su madre no quería tenerlo lejos.

Todo pudo haber continuado de maravilla...

... Si no fuera porque Taylor volvió a aparecer en su vida.

Lo veía bastante cambiado, exudaba confianza que antes no poseía, ya no escondía su rostro tras su cabello y tampoco llevaba las gafas que solía usar cuando estaba en la escuela y parecía más firme; así mismo pudo notar que el tipo había obtenido un buen trabajo, esto solo lo hizo pensar que al menos sabía hacer algo, pero igual no estaba interesado en sí quiera hablar con él, aun así Taylor no parecía querer dejarlo ir.

De la nada, los establecimientos de su familia empezaron a tener malas críticas como que los meseros tenían mala actitud, que muchos platos estaban crudos, cubiertos sucios, establecimientos con falta de aseo, criaturas insalubres, entre otras malas reseñas.

Esto causó el declive seguido de una bancarrota impredecible, solo pudo suponer quién había causado este desastre. Y como si no fuera suficiente, Taylor tuvo el valor de ir a su casa y contarle a su familia todo lo que le había hecho en la escuela; obviamente su familia estaba conmocionada ante las declaraciones, su madre y 2 de sus hermanas estaban aterrorizadas mientras que su padre y la mayor de sus hermanas lo miraban con decepción y tristeza.

Debido a esta información, fue echado de su hogar teniendo que buscar hospedaje en algún otro lugar, creyó que sus supuestos amigos le darían posada, pero se negaron, claramente no dispuestos a ser arrastrados a algo en lo que habían participado voluntariamente.

Aun así, la suerte le sonrió, ya que tenía algo de dinero para buscar algún hotel donde quedarse; finalmente, pudo analizar todo lo que había pasado, solo pudo atinar a que de no haber molestado a Taylor, quizás no habría terminado así por no decir que no habría jodido a su familia como lo había hecho.

Después de reflexionar un poco decidió que mejor intentaba empezar de cero, o sea, pudo haber terminado peor. Con nueva determinación comenzó a buscar trabajo por aquí y por allá hasta que consiguió trabajo, pequeño, pero lo ayudaría por un tiempo. Sin embargo, su deseo de mejorar su situación empezó a mermar, al igual que su determinación, ya que la gente se enteró de sus maldades, por lo que no había día en que lo acosaban por su pasado.

Por un tiempo pudo aguantar los insultos, pero finalmente no pudo seguir.

Por eso mismo, decidió darle fin.

A todo.

Ღ꧁ღ╭⊱ꕥ¿Redención? ꕥ⊱╮ღ꧂ღ

Solo pudo sentir un escalofrío al recordar todo, realmente no quería revivir nada de eso, mucho menos causarle tantos problemas a su familia, eso le hizo darse cuenta de que había tomado muy sentado el amor que ellos le tenían. Lo mejor que podía hacer ahora es evitar todo, y con todo se refiere a evitar a Taylor, él fue quien le dio la desgracia y para que eso no pasara mejor no encontrárselo 'no es que esté huyendo de él, para nada'

Entonces recordó que había un pequeño problema con su plan y es que estudiaban en la misma escuela, eso dificultaba las cosas, finalmente se le ocurre cambiar de escuela, pero incluso era la mejor opción, debía convencer a sus padres de alguna forma. Sus pensamientos son interrumpidos por la puerta de su habitación.

"Joven amo, es hora de alistarlo para la escuela" escuchó a una sirvienta llamarlo, claramente no había tiempo para pensar, así que tuvo que improvisar.

"No quiero ir" dijo con tono infantil esperando convencerla, la mujer, por otro lado, rueda los ojos con fastidio y le responde.

"No puedo cumplirle eso joven Arthur, se meterá en problemas con sus padres" se preguntaba porque tenía que hacer de niñera, cada día tenía algo de lo que quejarse, entonces la puerta se abre mostrando a un pequeño con cara de cachorro triste, casi podría convencerla si no lo conociera "Debería hablar con su padre sobre eso, yo no tengo autoridad para decidir eso" rápidamente vio la cara del chico a una de molestia, aún le sorprendía su facilidad para cambiar de cara.

Mientras bajaba se dirigía al comedor, vio las paredes con cuadros, con el color salmón que caracterizaba su casa, lo cual solo le daba nostalgia, no pensó que volvería a verla nunca más, sentía que podría llorar en cualquier momento, pero por ahora mejor se enfocaba en lograr su objetivo.

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Finalmente, llegan al comedor en donde el resto de la familia, enseguida, su madre se acerca preocupada.

"Arthur, ¿por qué no te has vestido, querido? Llegarás tarde, el primer día" le puso las manos en los hombros con cara preocupada, sabía que era hora de actuar, fingió un sollozo y se tapó la cara.

"No quiero ir, me molestan por mi cabello, me dicen que parezco niña"

"Oh, querido" lo acerca y abraza para después voltearse hacia su marido "Escuchaste eso River, debemos sacarlo de allí" el hombre mira al rubio con duda.

"Creo que fácilmente podemos hablar con el director y resolver este problema sin necesidad de cambiarlo, ya casi termina la escuela, podremos pensar en eso después" dijo con elocuencia, obviamente era la solución más razonable, pero no le convenía, aunque antes de poder decir algo es interrumpido por su hermana mayor.

"Papá, no creo que se resuelva tan 'fácilmente' como dices, ¿qué tal que incluso si hablamos con el director lo molesten aún más? Hay que sacarlo de ahí" sus otras hermanas asienten ante lo dicho, su padre solo suspira y lo mira.

"Muy bien Arthur, te cambiaremos de escuela, pero prométeme que esto no alterará tus notas, aceptaré tu petición, pero tú igualmente debes cumplir con tu deber" asiente mientras aún fingía sollozar, es entonces cuando la familia se sienta a desayunar; se alegraba el haber logrado convencerlos, mientras untaba una tostada con mermelada podía ver a los demás hablar tranquilamente, esa tranquilidad era algo que quería mantener para siempre, y para lograrlo daría todo de sí.

¿Redención?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora