★ | Capítulo 21

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Las vendas en las manos daban posibilidad a un golpe más certero, más seco y más doloroso sin los guantes comunes de boxeo

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Las vendas en las manos daban posibilidad a un golpe más certero, más seco y más doloroso sin los guantes comunes de boxeo. Minho había elegido ese tipo de vendajes en la mano a propósito.

Seungmin, por otro lado, tenía que sufrir las consecuencias de tal decisión.

Era bueno en boxeo porque es necesario saber defenderse de otras personas peligrosas en el mundo de la mafia, pero nunca había tenido el entrenamiento especial y profesional que el gama había tenido desde su infancia. Siempre que abrían un ring en la mansión de Minho, este buscaba ser lo más ligero con sus golpes e incluso le daba ventajas al rubio para ganar una o dos veces.

Esta vez no fue el caso.

Sintió como el aire lo abandonó en un segundo cuando Minho dio un golpe preciso en la boca de su estómago que sin duda dejaría moretón al otro día.

— Te estás desquitando, lo sé me lo merezco, la he cagado — respira Seungmin mientras se incorpora y lanza un golpe de izquierda que Minho esquiva con facilidad.

— Entonces no me pidas que sea suave — dice Minho mientras lo acorrala y lanza una variedad de golpes rápidos. Seungmin mantiene una postura defensiva y cubre su cara instintivamente.

Si el turco en verdad estuviera usando toda su fuerza Seungmin ya estaría pagando las cuentas en el cielo con su madre.

Cuando siente sus músculos arder no le queda más que alzar su mano para admitir derrota. Cuando el peso le gana y se desliza en espacio del ring escucha al otro alfa hacer un sonido divertido — Dios, Minho creo que me rompiste una costilla.

— No lo hice, deja de ser un ödleck — contesta el gama mientras toma una las botellas de agua que Berat les estaba ofreciendo, lanzándole la otra en la cara su amigo quien gimió por el frío en su cara —. Incluso Berat podría durar más de diez minutos en una pelea conmigo, te estás volviendo mas débil Seungmin.

El rubio ignora el comentario despectivo y cambia el tema rápidamente.

— Admito que se me fue la lengua y ahora tú omega no te dirige la palabra ¿Qué harás mañana en la empresa, o peor, en el baile de tu familia? — Seungmin toma todo el contenido de la botella en un momento y el dolor de sus músculos se apacigua cuando ve la cara conflictiva de Minho —. Es su presentación oficial como hürrem.

El ataque en el club de Minho fue un jueves, el celo del gama y la investigación de dicho ataque hizo que el alfa alegara su fin de semana y no se presentará a la compañía, por lo que Jisung tampoco.

Minho pensaba en mantenerlo en la mansión hasta que se apaciguara un poco su enojo, se negaba a verlo o dirigirle la palabra en esos días. El gama no quería poner sus nervios ni los suyos al límite, estar alejados por ahora sería lo mejor.

Ponerlo a trabajar con él en la compañía había sido una decisión impulsada por vigilar al castaño más cerca, y más que castigo el omega parecía complacido de salir más allá de los límites de la mansión por más días de los que se le habría permitido.

Mafia roja - Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora