No paso nada interesante en el resto de la semana, la chica que gusta de Cerati lo seguía viendo pero ahora lo miraba mal, él no le importaba. Lo único raro que paso, fue algo que pasó entre Charly y Héctor: Carlos estaba con hablando con Gustavo y se acerca Héctor a saludar.
— hola Gus.— le sonrió.
— hola zeta.— le devolvió la sonrisa.
Siguieron hablando hasta que Cerati dice que quiere ir al baño, lo cual va. Héctor se quedó escuchando de los que hablaban los otros tres y ve a Charly con una sonrisa.
— Carlos.— llamo.
— ¿Si?— lo miro.
— ¿Que paso con la chica de las cartas? ¿Descubriste quien era?
— no, me dejó de mandar cartas desde que yo le puse una.— sonrió.
— ah, está bien.—se quedó callado con una sonrisa en su boca.
— ¿Por?
— no, por nada.— siguió con una sonrisa rara.— ya me voy, díganle a Gus que me fui para casa, y Charly, que mal por la mina esa.— se fue con una risa leve.
Los tres que escucharon eso se quedaron con una cara confundida pero les chupo un poco un huevo.
Ahora, era la semana en la que Charly cumplía años, mañana era viernes 27.
Los chicos se encontraban en la plaza, Gustavo fumando su cigarrillo sentado en el columpio de la plaza mientras los otros estaban por ahí, boludeando. En un momento, Carlos se acerca al mayor algo cansado ya que estuvo corriendo.
— Charly.— este lo miro, estaba intentando recuperar la respiración.— ¿Viste que yo compongo algunas canciones y eso?
— si.— respondió.
— bueno, cómo mañana es tu cumple, mañana te voy a mostrar una de esas letras, ¿Te parece?— Charly sonrió.
— ¿En serio?
— es más.— se puso el cigarrillo en la boca para buscar algo en su mochila.
La abrió y saco una libreta, busco entre las hojas y arranco una. Doblo la hoja en cuatro.
— te voy a dar una ahora.— se la extendió y antes de que el otro la agarre, se la saco rápido.— te la doy ahora, pero la vas a poder ver mañana.— sonrió.
— ay dale.— sonrió también.— ¿Ni un poco la puedo leer?
— no, mañana si vas a poder, mañana a la mañana o cuando quieras.— sonrió y se la volvió a extender.
La agarro aún sonriéndole, y mirándole a él.
Esos dos se miraban de una manera un tanto especial, con brillos en sus ojos, una sonrisa sincera e inocente, admirando la belleza y suerte que tuvieron de poder hacerse amigos. A Gustavo le encantaba mirar los ojos de Charly, esos hermosos ojos azulados que parecen una obra de arte. Y a Charly le encantaba la sonrisa de Gustavo, su sonrisa hermosa con sus hermosas perlas.
Sus miradas se separaron ya que escucharon a Simón y Marcos acercarse a ellos.
No paso nada más interesante durante el resto del día, solo que Gustavo acompaño a Charly hasta su casa, lo despidió con un abrazo y beso en la mejilla y después volvió a la suya.Charly entro a su habitación y saco la hoja dónde estaba la composición de Cerati. La iba a ver pero decidió cumplir lo que le dijo, de mirarla mañana a la mañana. Entonces la dejo arriba de su mesita de luz hasta mañana.
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୭ ˚. 𝑼na terapia de amor intensiva ᵎᵎ | 𝘊erati & 𝘈lberti
AventuraUn universo de la década de 1981-82, en dónde Charly Alberti y Gustavo Cerati son compañeros de secundaria, no sé hablan pero se llevan algo mal, por no decir muy mal. otra historia de porro city que capo soy