¡Len-kun Now!

¿Eres una chica?

En mis 17 años de vida nunca me había pasado algo así. Todos los que conocía nunca me habían confundido con un hombre. Todos mis vecinos saben que soy una mujer, mis compañeros de clase me tratan como una chica, mi senpai asignado en primer año se dió cuenta que era una chica y Koge y Tenchou nunca dudaron de que fuera una chica, ¿por qué este niño pensó que soy un chico?

Puedo entender que voy en contra de las reglas al usar pantalón en lugar de falda en la escuela porque me es más cómodo, que mi voz es un poco más grave a la de las demás, que llevo el pelo corto porque el largo me molesta mucho y que no soy el estereotipo de chica afeminada, pero de igual manera se nota que soy mujer.

—Entonces... —dijo lento, me imagino que estaba tratando de salir de la confusión— ¿eres una chica? —asentí— ¿De verdad?

—¡Claro que sí! ¡¿Que te hizo pensar que no lo era?!

—Bueno... —se frotó el pelo nervioso— No te comportas como una —me miró apenado— ni te ves como una.

—¡Pero se nota que soy una mujer! ¡Solo mírame con atención!

Pareció mirarme de arriba y abajo concentrado, tratando de buscar algo pero su cara demostraba lo mucho que intentaba verme como una chica. ¿En serio era tan difícil? Cómo a los demás no les costó nada verlo.

Pasó mucho tiempo analizandome y no parecía convencerse de que en realidad no era un chico, ya me estaba desesperando y yo no era una persona bendecida con mucha paciencia, me exasperaba rápido cuando las cosas tardaban y este chico, por más que me gustase, no era la excepción.

—¡¡Yaaaaaa!! ¡¡Date cuenta de una vez!! —abrí el cierre de mi chaleco, desabotone un poco mi blusa, agarré muy fuerte su mano y la llevé a mi pecho— ¡¿Lo ves?! ¡¡Si soy toda una chica!!

La cara de Len se enrojeció por completo y se puso tan nervioso que se tenso completo.

—Se-se-senpai... —apenas pudo modularlo muy nervioso.

Allí recién me di cuenta de mis acciones, abrí mi blusa dejando ver mi pecho con mi sostén negro y había hecho que Len me tocara a la fuerza.

Lo solté rápidamente y cubrí mi pecho tan rápido como la vergüenza me lo permitió.

—¡Lo siento! ¡Actué sin pensar!

—Y-yo... eehhh..... ¡¡debo irme!!

Fue lo último que dijo el rubio para luego salir corriendo. Debía sentirse muy avergonzado y pensar que soy una loca pervertida. Apoyé todo mi cuerpo contra la reja de la azotea y me dejé caer al suelo cubriendo mi cara que estaba ardiendo, me imagino lo roja que debía estar.

Una vibración me sacó de mis pensamientos, era mi celular, me estaban llamando. Tuve que contestar sin mucho ánimo y sin mirar bien el nombre, en este momento no me importa nada más así que solo lo mandaría a la mierda.

—Ahora no estoy de humor así qué no quie-

—Vaya, ¿qué pasa, Kuro-chan? —me interrumpió una voz femenina que conocía bien, era Meiko —¿No me digas que te acaban de rechazar?

—Meiko, ¿qué quieres? —pregunté sin muchas ganas.

—Nada, solo te quería avisar que mañana se lanza tu nueva canción, ya tenemos todo listo y solo quería preguntarte si quieres pasar por aquí para estar segura que todo marcha bien o si estás conforme con todo.

—Así está bien, confío plenamente en ti. Si crees que todo está listo no tengo objeción.

—¡De acuerdo! A primera hora del día tu nuevo single se escuchará en toda partes. Trata de que no se te suban los aires a la cabeza —la escuché reirse del otro lado—. Entonces nos vemos mañana para hablar sobre esto a todos.