Capítulo 6

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Un café para dos

El aroma del café recién hecho llenaba el aire cuando Álex y Sofía entraron en el pequeño café, un lugar acogedor con mesas de madera y luces tenues que creaban una atmósfera íntima. Se sentaron en una mesa cerca de la ventana, desde donde podían ver el bullicio de Central Park y la gente que paseaba despreocupadamente.

Álex miró a Sofía, sintiendo una mezcla de nerviosismo y curiosidad.

–"Así que, ¿qué te trae a la galería hoy?", preguntó mientras hojeaba el menú, aunque su atención estaba más centrada en la joven frente a él.

Sofía sonrió, sintiéndose más relajada. —"Vine a visitar a mi hermana. Ella trabaja en una de las exposiciones y me invitó a ver su trabajo. Pero cuando te vi, no pude evitar acercarme", confesó, sus ojos brillando con sinceridad.

—"Es genial que tengas una hermana en el mundo del arte", respondió Álex, sintiendo que la conversación comenzaba a fluir.— "¿Te gusta el arte?"

—"Sí, me encanta. Creo que cada obra tiene una historia que contar. Y tú, ¿te gusta venir aquí a menudo?" Sofía le devolvió la pregunta, interesándose por sus gustos.

Álex asintió. —"Sí, me gusta perderme entre las obras. Es una forma de desconectar del mundo exterior. A veces siento que el arte me entiende mejor que las personas", admitió, sintiendo que se abría un poco más con ella.

Sofía lo observó con atención. —"Entiendo eso. A veces es más fácil expresarse a través del arte que con palabras. Pero creo que también es importante encontrar esas palabras, ¿no crees?"

Él asintió, sintiendo que había algo especial en la conexión que estaban formando. —"Tienes razón. A veces me cuesta abrirme, pero me gustaría intentarlo contigo."

Mientras esperaban su pedido, la conversación fluyó naturalmente entre ellos. Hablaron sobre sus intereses, sus sueños y las pequeñas cosas que les hacían felices. Sofía compartió anécdotas de su infancia y Álex reveló sus aspiraciones artísticas.

Cuando el café llegó a la mesa, ambos tomaron un sorbo simultáneamente, riendo al darse cuenta de la sincronización. Álex se sintió sorprendido por lo fácil que era hablar con Sofía; su risa era contagiosa y su energía positiva iluminaba el ambiente.

—"¿Y qué te gustaría hacer en el futuro?", preguntó Sofía, curiosa por conocer más sobre él.

"Me gustaría montar mi propia galería soy Fotógrafo, pero no sé si tengo lo necesario para hacerlo", respondió Álex, sintiendo un leve escozor de inseguridad.

Sofía lo miró con determinación. —"No lo digas. Todos tenemos algo valioso que ofrecer al mundo. Si sientes pasión por ello, deberías seguir adelante. No dejes que tus miedos te detengan."

Las palabras de Sofía resonaron en Álex, dándole un nuevo impulso de confianza. —"Gracias, Sofía. Eso significa mucho para mí."

Ambos se sumergieron en una conversación profunda sobre el arte y la vida, compartiendo sus pensamientos sobre cómo las experiencias moldean a las personas. Con cada palabra intercambiada, la tensión del pasado se desvanecía lentamente.

Al final de la tarde, mientras se despedían en la puerta del café, Álex sintió que había dado un paso importante hacia adelante. —"Me alegra haberte encontrado hoy", dijo, sonriendo genuinamente.

Sofía sonrió también. —"A mí también. Espero que podamos seguir hablando y conociéndonos mejor."

—"Claro, sería genial", respondió Álex, sintiendo que algo nuevo y prometedor estaba comenzando entre ellos.

¿No Hay amor para mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora